CARTA No.88: Christine de California vuelve a escribir
Christine de California vuelve a escribir y dice: Me gustó mucho lo que Ud dice, que en la Biblia la palabra que se emplea para decir castigo significa “visita de Dios”. Eso me devuelve la paz porque estoy angustiada con tantas calamidades que estamos sufriendo en los Estados Unidos.
Respuesta: Dios es pura misericordia, pero no lo entendemos. En el Diario Espiritual la Virgen dice que la tierra pasará por una gran sacudida porque ha perdido la fe en Dios. Los católicos hemos en la inmensa mayoría “perdido la fe”. Los no cristianos viven una fe que no es la que Dios ha revelado en su Santísima Palabra y en la Tradición, pero Dios les tiene en cuenta su buena voluntad y su mala voluntad. A nosotros que hemos recibido la misión de ser el pueblo “testigo de Jesucristo” para este mundo se nos juzgará con mayor rigor, el que exige la Justicia divina. Por ese motivo es tan importante el mensaje de la Llama de Amor que va a las raíces del problema del mal. Todos estos dolores y males y sufrimientos espantosos que ha siempre sufrido la humanidad, y especialmente los hombres de hoy, son causados por la acción del Misterio de la Iniquidad, es decir de la rebelión de los ángeles caídos. Esto que estoy diciendo no lo entienden infinidad de personas que tienen la inteligencia vendada por el mismo Misterio del Maligno. Están totalmente ciegos, y como no estudian la Palabra de Dios, ni creen que Dios nos haya hablado por Jesucristo, entonces están a merced de su propia mente, de su propia inteligencia humana.
Este es el drama terrible de la inmensa mayoría de aquellos que fueron evangelizados en las generaciones ancestrales europeas. El Evangelio llegó a Europa para que desde allí se extendiese a todas las naciones. Hoy esos descendientes de católicos han perdido totalmente la fe a causa de las enseñanzas de los filósofos ateos. Hoy son agnósticos, ateos, racionalistas, materialistas, idealistas, y cantidad de otras maneras de ver el mundo. Han abjurado de la plenitud de la fe que les fue entregada como un depósito para la salvación propia y la del mundo entero. Hoy luchan contra la Iglesia porque esta Iglesia, a pesar de sus debilidades, sigue entregando la Verdad, el deposito de la fe recibido de los Apóstoles. Ya sabemos que este descalabro en la fe es fruto de los espíritus diabólicos que han cegado sus mentes. Es tal el orgullo de esas personas que no pueden soportar la existencia de lo demonios porque su pequeñita “inteligencia humana” no puede comprender ni aceptar algo que vaya más allá de lo experimental, de lo científico. Todo lo que digo está clarísimamente expuesto en las Sagradas Escrituras, pero ellos no creen que éstas sean realmente Palabra de Dios.
Piensan que es un libro como todos los demás. Así que están ciegos, cegados por la acción de los demonios contra el intelecto humano. Dios sigue hablando y lo hace a través de esas “visitas” que son verdaderos castigos por los pecados horrendos que cada día se están cometiendo, especialmente del pecado contra la vida: el aborto, las guerras, la eutanasia, las injusticias contra el prójimo, etc. ¡No se cree en la existencia de Satanás! Por más que el Demonio se manifiesta abiertamente, estas personas no lo ven, no lo entienden, no lo captan, no se dan cuenta de que el Demonio está actuando en sus vidas y a través de ellos. La misión de la Llama de Amor es la más importante actualmente en la Iglesia Católica: despertar a los Obispos, Sacerdotes y fieles y decirles: Abran los ojos, dense cuenta de que Satanás existe de verdad, que no es un mito, ni un invento, ni una fantasía, ni una manera primitiva de comprender los fenómenos naturales. ¡No! Satanás es una realidad concreta que es preciso comprender por la FE. La razón no puede entenderlo porque está más allá de la racionalidad. Es un misterio de Fe. Si no se enfrenta a Satanás con la Fe, las pastoral se convierte en técnicas psicológicas.
La única manera de desenmascararlo, escapar de él y vencerlo es volverse hacia Jesucristo y creer que Él es el Hijo de Dios encarnado. De lo contrario estas personas “inteligentes con la inteligencia de la carne” seguirán en su camino de soberbia diabólica intentando crear un mundo a su manera y una Iglesia a su manera. Lógicamente un mundo que se aleja de las intenciones del Creador cae en el absurdo, en el marasmo, en la autodestrucción. Y como Dios es el SEÑOR, lo quieran o no lo quieran, Él reclama sus derechos. El peor castigo que Dios puede dar a una persona es “dejarla a sus propias fuerzas”. ¡Retirarse del hombre! ¡Dejarlo solo! Y eso es lo que está pasando. Los políticos han rechazado someterse al Dios verdadero y en consecuencia están enredados en su propio orgullo. Nosotros, la Iglesia de hoy, estamos llamados a ser testigos del mensaje de la Virgen María, de todos sus mensajes. El de la Llama de Amor es el más urgente porque nos abre los ojos a la raíz de todos esos males: la existencia de Satanás. La Virgen solamente cumple la voluntad de Dios. Ella es el instrumento querido por Dios para atraer el mundo entero a los pies de su Hijo Jesucristo.