CARTA No.81: ¿Cómo puede ayudar a mi hijo homosexual la devoción a la Llama de Amor?
Un padre de familia pregunta: ¿Cómo puede ayudar a mi hijo homosexual la devoción a la Llama de Amor?
Respuesta: Todas las devociones a María Santísima nos llevan a conocerla, amarla y a honrarla como Madre de Dios y nuestra. Cada devoción nos aporta gracias particulares. La Llama de Amor tiene como objetivo principal asegurarnos la victoria contra Satanás. Es una gracia de “combate espiritual” contra el mundo de las tinieblas. Esta Devoción al Inmaculado Corazón de María actualmente es poco conocida pero en los tiempos futuros desplegará y demostrará todo su poder. Es la gracia mariana de los últimos tiempos. Ella dará la victoria definitiva a la Iglesia contra el príncipe de este mundo. Dios en su sabiduría infinita da a la Iglesia las gracias que va necesitando. La necesidad actual y futura de los cristianos es tomar conciencia de la acción diabólica, del ataque sin precedentes que la humanidad está sufriendo de parte del misterio de la iniquidad. Desgraciadamente nos hemos dejado “colonizar intelectualmente” por los grupos ateos y racionalistas que niegan fatuamente la existencia de Dios, de la vida eterna, del mundo demoníaco y del infierno. ¡Pobres ilusos!
La gracia de la Llama de Amor es la gran intervención de la Madre de Dios y de la Iglesia para estos últimos tiempos. La función de Satanás es tentarnos para que rechacemos a Dios; lo logró con Adán y Eva. Tratará de hacerlo con cada uno de los seres humanos. Los mandamientos de la Ley de Dios marcan el camino del Reino de los Cielos. Toda transgresión de la Ley de Dios nos cierra el camino para entrar en el Reino de Cristo. El papel de María Santísima no es sólo el de darnos a Jesús, como si ella fuera un instrumento inerte, sino el de formar en nosotros a Jesucristo. En eso consiste su maternidad espiritual. Su papel principal es el de defendernos contra la acción demoníaca que pretende impedir que cada ser humano viva en Cristo, con Cristo y para Cristo. El principal y más grave de los pecados es la soberbia que lleva al ser humano a endiosarse a sí mismo y a rechazar a Dios como Creador y Señor de todo cuanto existe. Las tendencias a la soberbia deberían darnos la más grande vergüenza porque nos llevan al más grande de los pecados: el ateísmo. Todas las demás tendencias desordenadas de la persona humana herida por el pecado original quieren arrastrarnos en contra de la Ley deDios. Detrás de ese desorden está Satanás.
Entre todas estas tendencias están las desviaciones de la sexualidad. Una de ellas es la homosexualidad. La gracia de la Llama de Amor ayudará a su hijo a descubrir a María como a una persona viva, actuante, que interviene en lo más íntimo de nuestro ser. Descubrirá a una verdadera Madre con la que se puede hablar. Ella escucha y responde. Guía a sus hijos. Los protege y defiende aguerridamente contra el Enemigo. La jaculatoria “derrama el efecto de gracia de tu Llama de Amor sobre toda la humanidad” es un instrumento privilegiado que se convierte en el rayo de Luz divina que ciega los ojos de los demonios. La acción del Espíritu Santo hace nuevas todas las cosas. La sexualidad es sanada y orientada por la acción del Consolador que hace del hombre viejo el “hombre nuevo”. Los demonios actúan cegando la inteligencia, confundiéndola, cerrando los ojos y los oídos para que no se abran a la Palabra de Dios. Los espíritus malignos ejercen una presión tremenda contra el corazón humano por medio de los sentimientos y emociones. Llevan a la obsesión. Influyen en el cuerpo creando la rebelión de los sentidos para encenderlos en fuego de pasiones desordenadas.
La gracia de la Llama de Amor en la medida que despliega todo su poder va sometiendo la acción del Enemigo hasta cegarlo. El crecimiento de la gracia depende de la generosidad de la persona para poner en práctica los medios que María nos da para vencer las tentaciones. Homosexual es solamente aquel que deja que las pasiones lo dominen; nadie nace homosexual, como nadie nace alcohólico. La Devoción a la Llama de Amor es pues un camino de amistad íntima con la Madre de Dios y nuestra Madre. Esto solamente lo puede comprender aquel que tiene la Fe. Quien no tiene la experiencia de la acción del Espíritu Santo en su alma es como aquel que tiene en sus manos un violín y no lo sabe tocar. La jaculatoria es como un mazo que va quebrantando los tentáculos de Satanás; la que golpea es la Virgen, si la dejamos actuar. Lo mejor que podemos dar a los niños y jóvenes para protegerlos de la acción diabólica es iniciarlos en la Devoción a la Virgen María. El Inmaculado Corazón de María es el gran instrumento de Cristo para atraer las almas a su Corazón.