CARTA No.22. Entonces, para Ud. la más importante de las apariciones es la Llama de Amor?
Pregunta Jorge de Ecuador.
Respuesta/ En realidad no podríamos catalogar como “aparición” a la Llama de Amor porque el mensaje llega a Isabel Kindelmann a través de palabras (locuciones) que ella oye en su interior. Esta gracia es un mensaje, y un instrumento dado a la Iglesia para el momento presente y para el futuro. Tampoco deberíamos comparar los mensajes y apariciones que Dios está dando a la Iglesia en orden de importancia porque todas son importantes. Yo personalmente creo que deberíamos considerar como la clave de todas apariciones y mensajes, tanto del Sagrado Corazón como las de la Virgen María, a las apariciones y mensajes concedidas por el Eterno Padre a Sor Eugenia Ravasio (1907-1990). Podemos acceder fácilmente al documento que nos relata esta extraordinaria intervención de Dios porque está íntegro en varias páginas de internet. Basta que vayamos a Google y pulsemos: Eugenia Ravasio. Allí, además de la sorprendente biografía encontraremos la más que sorprendente aparición del Padre Eterno a esta gran mística y sierva de Dios que pronto veremos en los altares.
El mensaje se titula: “El Padre habla a sus hijos”. Creo que es la única vez en toda la historia de la Iglesia que el Padre Eterno toma figura humana. Al menos es la única aparición del Padre Eterno reconocida por la Iglesia. Con la más grande humildad y sencillez se sienta al lado de Eugenia y le habla con la ternura de un papá. Para mayor credibilidad le dicta ¡en latín! su mensaje a toda la humanidad. La primera Persona de la Santísima Trinidad se presenta como un padre amoroso, lleno de ternura para todos y cada uno de sus hijos. Se queja de que no lo conocemos. De que nos hemos hecho de Él una imagen totalmente equivocada. Que Él viene para eliminar el temor excesivo que sus criaturas le tienen. Su alegría está en ser conocido y amado por sus hijos. Viene para traer la esperanza a los hombres y a las naciones. Lo que Dios quiere es que lo amemos como un niño ama a su papá.
El mensaje es increíblemente impactante. Comprendemos que las apariciones del Sagrado Corazón de Jesús y de la Santísima Virgen derivan de la voluntad del Padre y no tienen más finalidad que la de llevarnos al Padre, para procurarle todo el amor, el honor y la gloria que Él se merece. Siendo el Eterno Padre el origen y fin de todas las cosas, las intervenciones de Jesús y de María en todos los tiempos son en realidad intervenciones del Padre celestial. Respecto a la gracia de la Llama de Amor vemos con claridad que brota del Corazón del Padre Eterno. Esta gracia tiene dos vertientes: El Corazón del Padre y el Corazón de María. Jesús en cuanto Verbo Eterno es Don del Padre, Jesús en cuanto hombre es Don de María a la humanidad ya que Ella por su Fiat hizo posible la Encarnación del Verbo de Dios.
Todas las apariciones y mensajes están íntimamente unidos y relacionados, de tal manera que no se oponen entre sí. Se
completan. Sin embargo cada mensaje tiene sus gracias para el momento y circunstancias en que es dado. La Llama de Amor nos está dada en estos momentos porque los ataques diabólicos se irán acrecentando a medida que va pasando el tiempo. Necesitamos una gracia que nos haga recuperar la esperanza y nos capacite para combatir con éxito a un enemigo que parece invencible pero que tiene los pies de barro. Los que no asuman a tiempo la visión del Evangelio para los últimos tiempos de la Iglesia y el mundo, se verán arrollados por el poder de las tinieblas. La Llama de Amor es a mi manera de ver la gracia de estos últimos tiempos que llevará a la Iglesia a la victoria contra sus enemigos.