CARTA No.19: ¿Qué relación existe entre la devoción al Sagrado Corazón y la Llama de Amor del Inmaculado Corazón de María?
La Devoción a la Llama de Amor y la Devoción al Corazón de Jesús. Margarita de Panamá pregunta:
Respuesta/ Este tema lo he tratado varias veces en algunos comentarios que Uds. pueden encontrar en el Blog LLAMA DE AMOR — CORPUS CHRISTI. Sin embargo voy a hacer un resumen. María es la Madre de Jesús que es la Llama de Amor. Toda auténtica devoción a María nos lleva a su Hijo representado por su Corazón. En el Diario Espiritual encontramos a una madre de familia católica por tradición y profundamente enraizada en la vida parroquial. Cuando Isabel recibe la revelación de la Llama de Amor su familia está consagrada al Corazón de Jesús y las sagradas imágenes están entronizadas en la casa de habitación. En esa época la devoción al Corazón de Jesús tenía mucho auge. Después del Concilio ha habido en la Iglesia una corriente que podríamos llamar “iconoclasta” contra la devoción al Sagrado Corazón.
Muchas críticas tanto a las expresiones artísticas como al pensamiento teológico y social que la acompañan hicieron que
desgraciadamente en numerosas comunidades parroquiales esta devoción fuera opacada u olvidada. Tanto los primeros viernes como los primeros sábados experimentaron una caída en picada. La Virgen se queja de esto (DE 13-4-1962). En el Diario Espiritual Jesús denuncia y se queja de esa indiferencia (DE 30-7-1962). Es la misma queja que hace a Santa Margarita María Alacoque. El amor desbordante de su Corazón no recibe respuesta de parte de las almas. Jesús reclama amor y lo que recibe es indiferencia. Jesús busca corazones que lo amen (DE 1-8-1962). No solamente los fieles han caído en esa frialdad sino, lo que más le duele es que los mismos consagrados, sacerdotes y religiosos pasan el tiempo en la ociosidad desperdiciando su tiempo en vez de honrarlo.
Podemos decir que la espiritualidad de la devoción al Corazón de Jesús es la misma expresada en la totalidad del Diario Espiritual. Jesús pide amor, reparación por los pecados propios y de toda la humanidad; la entrega total, la unión íntima de nuestras vidas a la suya sacrificada en la cruz para reparar las ofensas hechas al Padre Celestial, la adoración reparadora al Santísimo Sacramento, la oración y el sacrificio por la conversión de los pecadores, la contemplación de la Pasión del Señor, la unión íntima al Inmaculado Corazón de María, el reconocimiento del señorío de Jesús en las instituciones de la Iglesia y del Estado. De manera especialísima el Diario Espiritual pide la consagración de los hogares “a su divino Corazón”. Jesús dice: “Yo bendigo esta casa que está consagrada a mi Sagrado Corazón” refiriéndose a la casa y familia de Isabel.
Podríamos decir que la oración “que nuestros pies vayan juntos…” resume perfectamente el sentido de estas dos devociones, con la particularidad que la devoción a la Llama de Amor enfatiza el triunfo de Jesús sobre Satanás con el
cegamiento de los ojos del maligno. La Llama de Amor viene a renovar la devoción al Corazón de Jesús y al Inmaculado
Corazón de María haciéndonos comprender que en estos últimos tiempos la Iglesia no solamente debe refugiarse en el Corazón de Jesús sino que debe combatir a Satanás en toda la sociedad y especialmente en el interior de los hogares con el “efecto de gracia”. La familia que vive la gracia de la Llama de Amor debe consagrar su hogar a los Sagrados Corazones de Jesús y de María y entronizar sus imágenes para dar testimonio del Reino de Jesús y de María. Esta consagración debe ser la expresión de que la familia entera vive la gracia de la Llama de Amor.
Nos damos cuenta que la llama de amor se a encendido en nuestros corazones porque siente un deseo ardiente de seguir alimentándose de la palabra de Dios todos los días ,cumpliendo su voluntad y la necesidad de llevar la llama de amor del inmaculado corazón de Maria a otros corazones que viven en las tinieblas del pecado,ya que solo asi venceremos a satanas y podremos ir salvando almas ,matrimonios y jóvenes que son los objetivos principales del demonio.