CARTA No.16: ¿Por qué dice Ud. que el Rosario salvará a la Iglesia?

Pregunta William, de Nicaragua.

Respuesta/ No lo digo Yo, lo dice la Virgen. En todas sus apariciones Nuestra Señora pide insistentemente el rezo del Santo Rosario como el principal instrumento para obtener la conversión de los pecadores. En estos últimos tiempos el mensaje de la Llama de Amor revela otra faceta de esta oración al convertirlo, por la jaculatoria que se le inserta, en un nuevo y extraordinario instrumento para cegar los ojos de Satanás. Éste quiere destrozar las familias para arrastrar al mayor número de almas a la condenación eterna. En mi humilde opinión, considero que el Rosario, sea el tradicional o el de la Llama de Amor, es un instrumento de extraordinario poder para renovar la Iglesia universal desde la raíz. Esta es la
enseñanza de la Virgen María en todas sus intervenciones.
Podemos considerar al menos cuatro maneras de enfocar el rezo del Rosario. El rezo individual, el rezo en familia, el rezo en la Parroquia y el rezo a nivel de la Iglesia universal.


Cuando rezamos el Rosario de manera individual, lo vamos descubriendo como un camino personalizado de crecimiento
espiritual. Tenemos toda la libertad para seguir las inspiraciones que el Espíritu Santo nos sugiere. Se trata de una conversación íntima con la Virgen María que nos va introduciendo en el conocimiento de su Hijo, y del Hijo al Padre en el Espíritu Santo (Mt 6,6). Camino de contemplación y de sanación y liberación personal. Nuestra Señora se nos manifiesta en la intimidad como una verdadera Madre que nos va formando, protegiendo y guiando hacia la Patria Celestial. El rezo en familia es el encuentro de todos los miembros del hogar con la Madre de la Iglesia Doméstica. Las circunstancias en que vive cada familia permitirán múltiples formas para adaptar el rezo del Rosario a las necesidades de cada hogar. Las santas iniciativas enriquecerán este momento para convertirlo en tiempo de alegría, de proclamación de la Palabra de Dios, de Catequesis, de ejercicio de los diferentes carismas (canto en lenguas, oración en lenguas, oración de sanación, de liberación, etc.).


Lo que mata al Rosario en familia es la rutina encartonada que lo convierte en una recitación acelerada y sin sentido de avemarías. Cuando abrimos el Rosario a los carismas se convierte en fuente de vida que transforma el interior de los corazones. El movimiento carismático ha aportado muchísimo al redescubrimiento de los carismas que el Evangelio y las
Epístolas muestran como parte integrante de la vida de las primitivas comunidades. La sabiduría de los padres de familia o en su defecto de algún miembro del hogar capacitado regularán el orden de estas reuniones de oración en familia. El Rezo en el interior de la Parroquia se someterá lógicamente a las orientaciones de la Pastoral Parroquial. Un Párroco que valora el Rosario y confía en el poder que éste tiene para evangelizar y promover el crecimiento espiritual de la comunidad no ahorrará esfuerzos para explicarlo a los fieles y utilizarlo intensamente para obtener las gracias que se necesitan.

Por último los medios modernos de comunicación abren al Rosario el horizonte de toda la tierra. Llegará un momento en que todos los católicos podremos unirnos en una misma hora para invocar juntos el poder de intercesión de María Santísima en favor de la Iglesia. El poder de esta oración universal cegará a Satanás tal como la Virgen lo ha profetizado. “Cuando dos o más se ponen de acuerdo para pedir algo al Padre en mi Nombre, mi Padre se lo concederá“ (Mt 18,19; Jn 16,23). Con estas perspectivas no podemos dudar de que las palabras de la Virgen María se cumplirán en aquellos que le tengan fe y confianza.

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