COMBATIENDO CON LA LLAMA DE AMOR : CARTA No.5

Queridos Hermanos: Gema, de Sevilla (España) pide que hablemos de la hora de reparación que pide María para el primer sábado de cada mes.

Podemos decir que la gracia de la Llama de Amor es el mensaje de Fátima llevado a las familias. En Fátima Nuestra Señora pide “reparación” por los pecados cometidos contra Dios al ofender los hombres a su Inmaculado Corazón. Isabel le pide a María que haga milagros para que al verlos, la gente crea en la Llama de Amor. La Virgen le responde quejándose de la falta de fe. Con tristeza Nuestra Señora dice el 13 de abril de 1962: “Cuanto mayores fueran los milagros, hijita mía, tanto menos creerían en Mí. Ves, pedí los primeros Sábados y no me han hecho caso”. Al revisar el Diario de Isabel Kindelmann, quedamos sorprendidos de la cantidad de veces que se habla de “reparación de los pecados”. Jesús y María le piden a Isabel, en diversas circunstancias, que haga reparación por los pecados de la humanidad.

María pide que los jueves y viernes se haga la Hora Santa de Reparación en la Familia, con lectura espiritual, rezo del Santo Rosario y de otras oraciones. Jesús desea que aumente el número de “reparadores” que con sus oraciones y sacrificios participen en su obra redentora (4 Mayo 1962). El Señor le pide adoración reparadora nocturna de tal manera que Isabel renuncie cada día a dos horas de sueño. El poder de Satanás se debilita en la medida en que los reparadores suplican por los pecadores. Los jueves y los viernes son dos días de especial importancia por las gracias que se obtienen con sus oraciones… De manera especial las horas de reparación pasadas frente al Santísimo Sacramento en Adoración tienen particular poder. Todo el mensaje de la Llama de Amor está tejido de llamados tanto de Jesús como de María para que la Iglesia redescubra la importancia de la reparación de los pecados por medio de la adoración y de la penitencia.

El pecado ofende gravemente a Dios y el hombre se hace merecedor de grandes castigos si no se arrepiente y se convierte. El mensaje de Fátima enfatiza cuánto ofende al Hijo los pecados cometidos contra su Madre. Es comprensible que Nuestro Señor Jesucristo se sienta especialmente ofendido cuando su Madre es objeto de desprecios. En las apariciones que completan el mensaje de Fátima (Pontevedra, Tuy, Rianjo) y en las confidencias de Sor Lucía (Cartas y Memorias) se da a la Iglesia la devoción a los primeros cinco sábados de mes. Igual que en los nueve primeros sábados del Corazón de Jesús, se pide reparación por los pecados. Esta vez por las ofensas hechas al Inmaculado Corazón de María. Dios pide los sacramentos de la confesión y comunión y la meditación de los misterios del Rosario durante al menos quince minutos. La Virgen promete a quienes vivan esta devoción, asistirlos en la hora de la muerte. ¿Cuáles son la ofensas hechas a María?

La negación de su Inmaculada Concepción, de su virginidad perpetua, de su maternidad divina y de la maternidad espiritual sobre la humanidad; la corrupción del corazón de los niños cuando se les infunde desprecio a la Madre de Dios, la profanación de sus sagradas imágenes. Si Nuestro Señor Jesucristo pide los cinco primero sábados de reparación por los pecados cometidos contra su Madre es porque estas ofensas deben herir de manera especial su Corazón de Hijo. Los que quieran vivir la gracia de la Llama de Amor deben no sólo consagrar su casa a los Sagrados Corazones de Jesús y de María, sino también vivir estas dos devociones tan importantes: Los nueve primeros viernes en honor del Sagrado Corazón de Jesús y los cinco primeros sábados en honor del Inmaculado Corazón de María.

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