COMBATIENDO CON LA LLAMA DE AMOR : CARTA No.4

Queridos hermanos: Continúo en esta carta No. 4 la respuesta a la pregunta del Sr. Jorge, de Colombia, “Si está aprobada la Devoción a la Llama de Amor por la Iglesia”.

En la carta anterior veíamos que la Devoción a la Llama de Amor no es un invento de Isabel Kindelmann sino que Jesús y María son los que le piden que la promueva. Le explican que de las Parroquias y Santuarios debe partir la expansión de esta gracia. Que Ella no pide una fiesta especial para la Llama de Amor sino que se celebre en la Candelaria o fiesta de la Presentación del Niño Jesús al Templo. Los fieles deben llevarla a sus propios hogares y vivirla en la intimidad familiar. La Iglesia no aprueba una devoción de manera inmediata. Deja pasar el tiempo y va observando su desarrollo y los frutos que va dando. Así sucedió por ejemplo con la Devoción al Sagrado Corazón de Jesús.

Las apariciones a Sta. Margarita María Alacoque fueron en 1673 y hasta 1765 el Papa el Papa Clemente XIII concedió a los
Obispos de Polonia la celebración litúrgica de la fiesta del Sagrado Corazón. Pasaron casi cien años. Hubo mucha oposición de parte de obispos, sacerdotes y fieles a esta devoción. Sin embargo a medida que se fueron conociendo y comprendiendo las gracias del Corazón de Jesús, la devoción fue extendiéndose a toda la Iglesia hasta convertirse en la más célebre de todas. La Iglesia es bien prudente y solamente aprueba las apariciones, los movimientos y las devociones después de un largo proceso. La Llama de Amor se va extendiendo providencialmente de manera discreta y suave tal como la Virgen le profetiza a Isabel. Los estatutos del Movimiento de la Llama de Amor fueron aprobados en 1996 por Mons. Bernardino Echeverría Ruiz, de Ecuador. Muchos obispos han ido reconociendo los frutos espirituales de esta devoción.


Llegará el momento en que la Santa Sede la reconozca y recomiende de manera oficial para toda la Iglesia. Mientras tanto
nos toca a nosotros dar a conocer a los sacerdotes y obispos esta devoción y las gracias que conlleva. No debemos
extrañarnos de que algunos no la comprendan ni la valoren. El Movimiento Internacional de la Llama de Amor establece en cada país responsables locales (coordinadores) que aseguren las relaciones con las estructuras pastorales de las Diócesis y la difusión de la Devoción. Los fieles devotos de la Llama de Amor debemos pasarla “de corazón a corazón ”transmitiéndola de familia en familia. Por nuestra condición de bautizados estamos llamados a dar a conocer a Jesucristo en comunión con nuestros Pastores. Es de trascendental importancia que los Párrocos apoyen el apostolado de la Llama de Amor y que los miembros del Movimiento se integren armoniosamente en cada parroquia en el plan pastoral.

El principal deber es llevar de corazón a corazón la Llama de Amor dándola a conocer y ayudando a las familias a comprenderla y poner la en práctica. No se necesita una “aprobación oficial” de la devoción a la Llama de Amor para darla
a conocer o propagarla a título personal en el interior de los hogares. El bautismo nos capacita para ser testigos de Jesucristo en cualquier lugar. Sí se necesita una aprobación del Párroco para que en el interior de la Iglesia Parroquial y anexos se difunda la devoción. Buscar la colaboración y la armonía en el trabajo pastoral es de trascendental importancia para que se extienda la Llama de Amor. En el pensamiento de María Santísima el Papa, los Obispos y Sacerdotes son los llamados en primer lugar para proponer y difundir la gracia de la Llama de Amor a toda la Iglesia.

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