LOS SERVIDORES DE DIOS Y LOS SERVIDORES DE SATANÁS (4)

El Diario Espiritual de Isabel Kindelmann tiene como principal objetivo la santificación de las familias. Nos pone como ejemplo  a una sencilla mujer viuda y madre de seis hijos  que con la ayuda del “efecto de gracia” de la Llama de Amor enfrenta y vence a Satanás. El Diario no trata en primer lugar del Demonio. No es un texto de demonología. El tema  del “combate espiritual” contra el mundo de las tinieblas, aunque muy importante, pasa a un segundo plano. El punto central es Jesucristo. Cómo hacer para que Jesús sea el Señor de nuestra familia. Lo fundamental del mensaje es la santificación de todos los miembros del hogar. La figura de Satanás es secundaria. Sin embargo el tema del “combate espiritual” contra el Demonio es importantísimo aunque sea secundario. Debemos ir a la Palabra de Dios, al Magisterio de la Iglesia y a la enseñanza de los maestros de probada sabiduría para aprender a defendernos de las asechanzas del maligno. Son dos los movimientos, el primero y más importante: acercarse a Jesús viviendo en profunda intimidad con Él.

En segundo lugar el alejamiento de todo lo que signifique complicidad con el pecado y con las obras de culto al maligno. El punto central de toda familia cristiana es el Señorío de Jesús. Si los miembros del hogar no están claros de que al darles la Fe por el bautismo Dios los llama a someterse a Jesús como al Señor de sus vidas la familia quedará acéfala, a merced de los caprichos de cada uno de sus integrantes. Sin la defensa de Jesucristo la familia quedará a la merced de la acción diabólica. Es Jesús el que santifica, el que guía, el que protege a la familia del “león rugiente”. Cantidad de familias están como se dice vulgarmente “como papalotes sin cola”. Cada uno va por su propio camino. Sin norte, sin dirección. Cada uno persigue “sus propios objetivos”, su “propia voluntad”.

Esa no es la familia cristiana. Son familias paganas con apariencia de cristianas. Jesucristo no reina en ellas, no las gobierna. ¿Qué sucede cuando no tenemos la Luz  del Espíritu Santo?  Caminamos ciegos, tropezándonos. No tenemos capacidad para discernir el bien del mal.  Uno de los errores de mayor gravedad en la historia de numerosas familias es el recurso al ocultismo o esoterismo. Estas dos palabras hacen referencia a creencias y prácticas ligadas a los espíritus malignos. La Biblia las condena como “abominables” porque se trata de un verdadero culto rendido a los demonios. Como cristianos debemos rechazar en el seno de nuestras familias toda búsqueda de conocimiento, de poder, de beneficios o de maleficios por medio de la acción de los espíritus malignos.

Actualmente el recurso a la adivinación, la brujería, la hechicería, el espiritismo, las prácticas  mágicas, la santería, el vudú, la macumba, las religiones orientales, etc.etc. es como una plaga que ha contaminado a infinidad de hogares “cristianos” atrayendo sobre ellos verdaderos castigos de parte de Dios. Las familias que han vivido por generaciones en medio de estas prácticas supersticiosas deben arrepentirse sinceramente y renunciar a ellas. Es necesario liberar la casa, limpiarla de todos los objetos que tienen relación con estas supersticiones. No puede haber relación entre la luz y las tinieblas. No podemos encender una candela a Dios y otra al diablo. La reparación de semejantes pecados es indispensable ya que cuando se practican hay una repercusión sobre las generaciones posteriores.  La Llama de Amor llega a estos hogares para romper esas cadenas y liberarlos de la presencia diabólica ligada a este pecado del culto a los demonios.

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Un comentario

  • María Mercedes Rojas Pérez

    Es urgente la intronizacion de la consagración de los hogares al inmaculado corazón de María para protejer a cada uno de sus miembros de las garras del mal y librar el buen combate a como lo hizo Isabel Kindelman para la salvación de su familia

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