EL DEMONIO ASMODEO (1)

Queridos padres de familia. Hoy quiero hablarles de un demonio que indefectiblemente los va a atacar a Uds. en cuanto matrimonio y a sus hijos.  Se llama Asmodeo y sale ya en el libro de Tobías. Tratará de destruir su matrimonio por medio de las tentaciones de lujuria.  En la Biblia aparece como un demonio interesado en Sara hija de Ragüel que impide la realización del matrimonio de esta joven. Mata a los varones recién casados con Sara en la noche de bodas, antes de la consumación del matrimonio (Tob 3,7-9). El Arcángel San Rafael enseña a Tobías cómo expulsar a Asmodeo. Éste sale huyendo cuando Tobías, por consejo de Rafael, pone a quemar en un pebetero el corazón y el hígado de un pez. Todos los esposos deben leer y meditar el libro de Tobías, especialmente la oración que ambos recién casados hacen antes de unirse. En las oraciones de liberación aparece con grandísima frecuencia. Se presenta como el que corrompe y destruye los matrimonios y pervierte el corazón. 

Es la cabeza de los demonios de Lujuria. Toma la forma de una serpiente que saca y mete la lengua con una sonrisa lujuriosa. La persona por la que se ora está en trance y comienza a mover lentamente el torso y la cabeza en forma de serpiente. En casi todos los problemas matrimoniales está Asmodeo trabajando. Su acción en el campo de la sexualidad humana y especialmente en la vida matrimonial es tremenda. Es uno de los demonios más difíciles de expulsar; siempre vuelve. Otros demonios que acompañan a Asmodeo son Lilith uno, Lilith dos, lujuria, deseos impuros, relaciones sexuales prohibidas, fornicación, adulterio, masturbación, pensamientos impuros, fantasías sexuales, imaginaciones deshonestas, homosexualidad, lesbianismo, sueños impuros, impudicia, lascivia, compulsiones obsesivas, perversiones sexuales, bestialidad, íncubos, súcubos, prostitución, voyeurismo, kundalini, etc. etc.

Trabajan unidos en el asedio de la sexualidad humana y especialmente en la destrucción de los matrimonios. Cuando le pregunto al Demonio ¿cuál es tu nombre?  A veces me dice: ¿cuál de mis nombres quieres que te diga? Tengo muchos nombres. Con esto debemos entender que la acción diabólica es una. Todos trabajan juntos. El camino de la liberación en este terreno como en los demás aspectos de la personalidad humana siempre es el mismo: debemos llevar las almas a Jesucristo, para que se sometan a Él como Señor de sus vidas. Para ser libres debemos vivir según las enseñanzas del Salvador. Esto implica un duro y permanente combate hasta el final de la vida porque los demonios de lujuria están como íntimamente unidos a la “carne”. San Pablo nos dice que los pecados de lujuria son diferentes a los demás en el sentido de que permanecen en el cuerpo esclavizando al que los comete.

El ayuno y la oración permanente, como lo dice Jesús, nos fortalecerán para salir indemnes de las redes del “cazador”. Debemos tener en cuenta que el pecado original rompió la unidad primitiva del ser humano: la inteligencia y la voluntad tenían en el plan de Dios el dominio sobre las pasiones. Después del pecado el hombre experimenta la rebelión de sus tendencias animales contra la razón y la voluntad. La acción del “efecto de gracia” de la Llama de Amor se va a manifestar en este terreno protegiendo las facultades internas: inteligencia, memoria, voluntad contra la presión de los espíritus malignos y las pulsiones naturales de la genitalidad. De aquí la gran necesidad de la oración personal y de la penitencia para obtener la gracia de vencer las tentaciones y de la oración en familia, para ayudarse todos a guardar la santidad del cuerpo y de la familia.

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