EL GRAN COMBATE CONTRA SATANÁS ESTÁ EN EL INTERIOR DE LAS FAMILIAS
Dos textos de las Sagradas Escrituras nos hablan a su manera del combate espiritual en el interior de los hogares. Vale la pena que los meditemos. He 2,17-21 y la segunda epístola a Timoteo, especialmente los capítulos 3 y 4. En el día de Pentecostés, San Pedro, retomando a Isaías nos dice que en en los “últimos tiempos” el Señor derramará su Espíritu Santo “sobre todo mortal y profetizarán sus hijos y sus hijas; sus jóvenes verán visiones y sus ancianos soñarán sueños. Y también sobre mis siervos y sobre mis siervas derramaré mi Espíritu.“Y todo el que invoque el nombre del Señor se salvará”.(Hch 2:17–21). San Pablo le escribe a su discípulo Timoteo y lo pone en guardia contra la contaminación espiritual que habrá en los “últimos tiempos”. Le dice que “los hombres serán egoístas, avaros, fanfarrones, soberbios, difamadores, rebeldes a los padres, ingratos, irreligiosos, desnaturalizados, implacables, calumniadores, disolutos, despiadados, enemigos del bien, traidores, temerarios, presuntuosos, más amantes de los placeres que de Dios, que, teniendo la apariencia de piedad, reniegan de su eficacia. Guárdate también de ellos. …Esa clase de gente es enemiga de que se dé a conocer el verdadero mensaje de Dios.
Tiene la mente corrompida, y no ha aprendido a confiar en Dios….Porque vendrá un tiempo en que los hombres no soportarán la doctrina sana, sino que, arrastrados por su propias pasiones, se harán con un montón de maestros por el prurito de oír novedades; apartarán sus oídos de la verdad y se volverán a las fábulas ”.(2Tim 3-4). En estos dos textos vemos el gran contraste entre la Luz y las Tinieblas. Estamos inmersos en esa lucha entre los hijos de la Luz y los hijos de las Tinieblas. El Diario Espiritual de Isabel Kindelmann viene a abrirnos los ojos sobre lo que está pasando actualmente en el mundo y en el interior de las familias. Mucha gente no sabe leer lo que sucede hoy. Piensa que es normal lo que estamos viviendo. Sobre todo se han acostumbrado a vivir así, fuera del designio divino. La Llama de Amor es una gracia de iluminación para las “inteligencias”.
Es la gracia de Pentecostés. Como luz, nos hace captar lo que es bueno y lo que es malo. Lo que viene de Dios y lo que viene de las Tinieblas. Los hijos de las Tinieblas tienen el poder en este mundo y se sirven de los medios humanos para propagar la mentira con careta de verdad. “Esa clase de gente es enemiga de que se dé a conocer el verdadero mensaje de Dios.Tiene la mente corrompida…”. Dice San Pablo. El primer gran deber de los padres de familia es acoger la Luz en sus mentes y en sus corazones. Jesús es la Luz que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. Esa Luz viene del estudio de la Palabra de Dios. Dos son los grandes talones de Aquiles en la Iglesia: la ignorancia de la Palabra de Dios y la falta de una oración sincera y perseverante en la familias. Los padres deben establecer en el interior de su casa el estudio sistemático de las Sagradas Escrituras. No basta escuchar la Palabra de Dios en la Misa.
Hay que estudiarla en familia. La falta de oración sincera, profunda, perseverante es la raíz de las debilidades de los hogares. Matrimonio y familia que no ora todos los días con verdadero amor a Dios y perseverancia está totalmente a merced de los espíritus malignos que son los que corrompen la mente y el corazón. Hemos llegado a un tiempo en el que estamos totalmente a merced de los comunicadores. Los que están detrás de la prensa, la radio, la televisión, las plataformas digitales, etc. se han convertido en los amos del mundo. ¿Quién gobierna? Tenemos que decirlo con tristeza: No es la Luz. Son las tinieblas. Los hijos de Dios asistimos impotentes a la agonía de mundo. No podemos vencer a las Tinieblas con nuestras propias fuerzas. Solamente nos queda recurrir a los instrumentos divinos que nos son facilitados únicamente si reconocemos a Jesucristo como el Señor de nuestras vidas.
Nuestra fuerza no está en el conocimiento humano, ni en el poder temporal de la Iglesia, ni en su influencia cultural que cada vez más se irá anulando. La fuerza de los hijos de la Luz, nos lo explica bien el Diario Espiritual, está en la identificación de nuestras vidas a Jesucristo. La Llama de Amor no es una devoción limitada al rezo del rosario. Es un camino de regreso de la Iglesia entra, Jerarquía y fieles, a vivir con sinceridad las exigencias del Evangelio, especialísimamente a asumir los sacrificios que implica una vida familiar que esté de acuerdo con las enseñanzas de la Palabra de Dios. Son los padres de familia el principal instrumento para que la Iglesia salga victoriosa en este combate entre la Luz y las Tinieblas. De ellos depende que el corazón de sus hijos sea formado en la Verdad o de que se despeñen en la falsedad que denuncia San Pablo a Timoteo. Las gracias de la Llama de Amor provienen de Cristo y éste Crucificado.