LA LLAMA DE AMOR NOS PROTEGE, NOS DEFIENDE Y NOS AYUDA A VENCER A SATANAS (2)
Es Jesús quien nos sana y libera del enemigo maligno. Jesús es la Llama de Amor. El camino de la devoción a la Llama de Amor del Inmaculado Corazón de María se inicia con un “nuevo conocimiento” de Jesús. Isabel ya lo conocía en cierta medida porque era una madre cristiana y tenía junto con su esposo una familia piadosa, sin embargo la nueva etapa de su vida espiritual comienza por una “nueva manera de conocer al Señor. Se trata de la amistad íntima. En medio de la borrasca que sufre, Isabel oye estas palabras que marcan un antes y un después en su vida: “¡Hace tanto tiempo que te esperaba!”. Es Jesús quien viene a su rescate. A partir de ese momento la vida de Isabel será un penetrar en el conocimiento ininterrumpido de Cristo. El primer gran paso que debe dar todo aquel que quiera vivir la gracia de la Llama de Amor es tomar los medios para conocer a Jesús en su intimidad.
En este tema del “conocimiento” debemos ser muy cuidadosos porque no es lo mismo “conocer” que “saber acerca de Jesús”. Conocer es un término que puede engañarnos ya que le podemos dar diversos sentidos. Jesús nos dice: “Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas” (Jn 10:14–15). Se trata de un conocimiento muy diferente del conocimiento puramente intelectual. Viene de de la relación íntima entre el Padre y el Hijo. Ese conocimiento de Cristo es un don del Padre Eterno para todos sus hijos. Es una gracia. El conocimiento “intelectual” sin la Fe viva no es el conocimiento que adquiere Isabel al contacto con Jesús y María. Los demonios conocen bien la Biblia, mejor que nosotros. Los sumos sacerdotes, escribas y fariseos conocían mejor que nadie en Israel las Escrituras.
Podemos saber la Biblia de memoria pero eso no garantiza que conozcamos a Jesús. Infinidad de ateos leen la Biblia y la conocen al dedillo. El “conocimiento intelectual sin Fe” no salva. Cantidad de bautizados solamente tienen un conocimiento puramente “intelectual” de Jesucristo. No se han abierto al conocimiento de “amistad íntima” con el Señor. Por ese motivo no les duele pecar. No son “amigos de Jesús”. Son simplemente “conocidos”. El Diario Espiritual nos relata cómo Isabel va pasando del conocimiento superficial de Cristo hacia el conocimiento de íntima amistad con el Señor. Cuando somos verdaderamente “amigos de una persona” evitamos todo lo que pudiese herirla. Cuando no somos más que “conocidos lejanos”, no nos importa. Los políticos se conocen, se saludan, se abrazan, pero muchísimos de ellos se odian y se destruyen mutuamente. ¿Cómo llegar a ser amigos verdaderos de Jesús?
Debemos de tener en cuenta algo muy importante. No somos nosotros quienes tenemos la iniciativa. Quien desea ardientemente que seamos amigos de Jesús es su Padre. “Nadie viene al Hijo si el Padre no lo atrae”. Es el Padre quien nos revela al Hijo y nos lo da a conocer (Lc 10,22). Debemos pues ir a la fuente del conocimiento íntimo de Jesús. Es indispensable que conozcamos, meditemos, oremos y compartamos asiduamente en familia el Santo Evangelio. Toda la vida eclesial “gira en torno” al conocimiento de la Palabra de Dios. En el Diario Espiritual vemos que Isabel es una ferviente católica que está enraizada en la comunidad parroquial. Ella va poniendo en práctica los elementos que va recibiendo de la Tradición católica: la celebración de la Eucaristía diaria, adoración al Santísimo, oración personal, y sobre todo las enseñanzas de Jesús: renuncia a ti misma, adora y repara, mira mi rostro desfigurado y mi cuerpo torturado, cree en Mí….
Toda la vida del cristiano es un “poner en práctica con fe y perseverancia los “medios” que la Iglesia nos da para que lleguemos a conocer íntimamente a Jesucristo. La primera gran defensa contra Satanás está aquí. La Llama de Amor nos lleva a “organizar la vida familiar” de tal manera que esté bajo la amistad del Pastor que “da su vida por sus ovejas”. Quien nos defiende de Satanás es Jesús Buen Pastor. Este es el punto de partida del combate contra el enemigo de nuestra salvación. Familia que no se esfuerza para llegar a la íntima amistad con Jesús es una familia sin la protección del “Buen Pastor”. Los matrimonios y hogares sin Cristo son víctimas de Satanás. El enemigo entra y destruye el rebaño. El Diario Espiritual nos lleva de la mano para que gradualmente convirtamos nuestra familia en un lugar donde Jesús se sienta entre amigos. La casa de Lázaro, Marta y María Magdalena era un lugar donde el Señor se sentía feliz porque eran sus amigos de verdad.