LOS PADRES DE FAMILIA PROFETAS Y TESTIGOS DE CRISTO ANTE SUS HIJOS (2)
La primera responsabilidad de los padres de familia católicos es profetizar permanentemente en el interior de su hogar proclamando a Jesucristo como lo que es: Dios verdadero y Hombre verdadero, Palabra de Dios, Señor de todo cuanto existe, Redentor nuestro, Resucitado, Vivo en medio de nosotros por su presencia real en la Eucaristía y actuante en los sacramentos. Cristo Esposo de la Iglesia y Rey del universo, cuya imagen debe estar entronizada, junto con la de María su Madre, en el lugar más importante de la casa para recordar a todos los miembros que Jesús es el Señor del Universo y de este hogar y que esta familia está al servicio de su Reino. La profecía, o anuncio de Cristo, debe ser permanente porque permanente es la lucha de las tinieblas contra la Luz para opacarla y distorsionar la imagen de Jesús en el corazón de todos los seres humanos y especialmente de los cónyuges y de los hijos.
El ataque más importante y de mayor trascendencia de Lucifer contra el hombre va directamente a la inteligencia, a la “mente”. En una oración de liberación el demonio decía: “ a nosotros lo único que nos importa es la mente”. El Demonio quiere apoderarse de la mente de los hombres, del pensamiento, de las capacidades intelectuales para pervertirlas y llevarlas al error, a la equivocación. Y eso lo vemos con claridad en el Diario Espiritual, cómo Satanás ataca en primer lugar el pensamiento de Isabel para hacerla caer en el error. Lucifer y Satanás son dos nombres de la misma realidad que llamamos Demonio y que busca por todos los medios hacer que el hombre lo adore como si fuese el Dios verdadero. Esto es algo super importante que los discípulos de Cristo debemos tener muy en cuenta para poder asumir con responsabilidad histórica nuestro papel en el Plan de Dios.
El verdadero cristiano es Testigo de Jesucristo. Las familias cristianas deben formar Testigos de Cristo, es decir “mártires”, completamente entregados a la búsqueda del Reino de Dios, tal como el Evangelio nos lo dice. Para eso debemos conocer a Cristo tal como la divina Revelación nos lo presenta en la Palabra de Dios y en la Tradición de la Iglesia. El talón de Aquiles actual de la Iglesia Católica es que las familias no están formando verdaderos cristianos. Los padres de familia en general no conocen a Jesucristo y no se han “rendido” a Él y en consecuencia no pueden enseñar a sus hijos la verdadera naturaleza de Cristo Jesús.
El gran ataque diabólico en escala global es contra Jesucristo: negar su divinidad, negar su Señorío, reducirlo al grado de un ser humano merecedor de nuestro respeto pero nada más. Se trata de sacar a Cristo del mundo, del universo, de la sociedad, de la familia, de las instituciones, de la política, de todas partes, para entronizar el culto al Demonio en todas sus formas. El gran mérito del Diario Espiritual y del mensaje de la Llama de Amor es denunciar este plan satánico y luciferino de tal manera que abramos los ojos y tomemos los medios para impedirlo. El primer punto de la futura derrota de Satanás está en el interior de la familia.
Si Cristo, el auténtico, reina completamente en cada familia el reinado de Lucifer y de los suyos caerá como un castillo de naipe en las generaciones futuras. Es la promesa del Inmaculado Corazón de María en la Llama de Amor. Por eso necesitamos padres de familia testigos de Cristo en el interior de sus familias, bien instruidos en la Fe y totalmente convencidos de que el matrimonio cristiano es la vocación que transformará la Iglesia y el mundo. De los padres de familia depende la Iglesia. La vida matrimonial es un camino de santidad: o se es santo o se ha fracasado en el matrimonio. Necesitamos familias santas que sean testigos vivos de Cristo para otras familias y el reguero de pólvora se haga realidad en la iglesia actual. Hacia eso lleva la Devoción de la Llama de Amor.