DEBEMOS HUIR DE LAS OBRAS DE LAS TINIEBLAS
El mundo de las tinieblas es muy complejo y de difícil comprensión para nosotros. No debemos entrar en contacto con los seres espirituales que lo pueblan porque son nuestros enemigos y nos odian a muerte. La Palabra de Dios es sumamente exigente contra aquellos que cometen la imprudencia de recurrir a los espíritus malignos (Ex 22,18; Dt 18,10-11) Quienes lo hacen se ven envueltos en los engaños de los demonios. Debemos poner nuestros ojos en Jesucristo y no en el mundo demoníaco. No tenemos por qué meternos en el terreno de Satanás. Somos hijos de Dios y como tales solamente debemos transitar por el mundo del Señor y mucho menos recurrir a buscar ayuda y soluciones en el mundo diabólico.
Desgraciadamente las tinieblas ejercen una gran fascinación sobre muchísimas personas que son “tragadas” por las luces engañosas del maligno, algo así como las mariposas que se queman cuando se acercan demasiado a la llama de las candelas. Debemos huir del mundo diabólico porque solamente encontraremos en él la muerte. No debemos remover la basura porque nos manchamos. La Virgen nunca mira a Satanás. Solamente lo reprende con su voz. Ella nos lo enseña con su ejemplo en sus apariciones a Estela Faguette, en el año 1878 en Pellevoisin (Bourges) Francia. El demonio está a los pies de la cama de la vidente atacándola; llega la Virgen, se da cuenta de la presencia del Maligno pero no lo mira; a viva voz lo reprende y rechaza con gran majestad.
El demonio aterrorizado ante la presencia de la Madre de Dios, huye despavorido. La primera fuente de opresión diabólica que frecuentemente llega hasta el extremo de la posesión es el recurso a los servidores de Satanás, llamados brujos, hechiceros, chamanes, santeros, paleros, magos, adivinos, macumberos, curanderos, manipuladores de la uija, espiritistas, “profesores ocultistas”, encantadores, gurúes, maestros de religiones orientales, promotores de las ideas de la “Nueva Era”, sectas satanistas, luciferinas, etc.etc. Muchísimas personas desgraciadamente recurren a estas expresiones del mundo diabólico y quedan atrapadas como las moscas en el papel engomado.
Los servidores de Satanás engañan a las personas que recurren a ellas. Las explotan inmisericordemente y les hacen creer que les procurarán beneficios materiales y espirituales. La realidad es totalmente opuesta. Quienes visitan brujos quedan atados a los espíritus malignos que los atormentan de diversos modos trayéndoles desgracias tras desgracias, cegándoles el alma y el corazón al amor de Dios. Este es el gran engaño de Satanás para aquellas personas que recurren a él buscando ayuda. Cantidad de personas y familias enteras están afectadas por espíritus malignos que las atormentan y quebrantan por haber recurrido a los poderes demoníacos buscando salud, dinero, trabajo, bienestar.
Debemos rechazar tajantemente las invitaciones que constantemente recibimos de los servidores de satanás. El único que puede “limpiar” las personas y las casas es Jesucristo; los que buscan ayuda en las tinieblas pecan mortalmente porque eso es dar culto idolátrico a los demonios. Igualmente es necesario sacar de los hogares todos los objetos que de una u otra manera están relacionados con la superstición y la magia, porque están consagrados a Satanás . Los padres de familia deben instruir a sus hijos para impedir que sean engañados por tantas personas perversas que los invitan a incursionar en el ocultismo.