EL OBJETIVO DEL DEMONIO ES QUE ODIEMOS A DIOS

El objetivo del Creador al llamarnos a la existencia es darnos su Amor infinito. Por eso el Credo lo primero que nos dice es: Creo en Dios Padre… Jesús nos revela ese rasgo fundamental del Creador: Dios es Padre, más aún, Jesús lo llama Abba, “Papá”. Leyendo el Evangelio descubrimos al Dios verdadero. Fuera del Evangelio encontramos los dioses monstruosos inventados por el hombre. Crueles, viciosos, enemigos de la humanidad, repugnantes,…dioses falsos que inspiran terror.   La Voluntad Suprema del Padre hacia nosotros es darnos a su Hijo, entregarnos a Jesús, a quien más ama, para romper el obstáculo que nos separa del Dios verdadero.  Dios quiere restaurar la relación de amor entre Él y sus criaturas. Quiere que lo amemos como Jesús lo ama, con infinita  ternura.

Los buenos padres de familia experimentan hacia sus hijos un amor único, singular. Son capaces de dar todo, hasta la vida, por ellos. Entre padres e hijos hay nexo misterioso imposible de definir llamado amor paternal, amor filial. Ese sentimiento elevado a la infinita potencia no llega describir el amor que Dios nos tiene. Solamente contemplando y meditando asiduamente la Pasión de Cristo podremos comprender y experimentar algo del amor que Dios nos tiene. La felicidad de cada hombre y de toda la humanidad está en vivir esa relación de hijo para con Dios. Somos hijos en el Hijo. Estamos invitados a amar al Dios verdadero con el amor con que su Hijo, Jesús, lo ama. Dios está loco de amor por nosotros. Así deberíamos estar, locos de amor por Dios. 

Los espíritus infernales, llenos de odio y envidia hacia nosotros, quieren que no amemos a Dios. Anhelan con todas las fuerzas de su naturaleza caída que odiemos a Dios. Dice Jesús en el Diario: “De nuevo tengo que quejarme:…¡escúchame! ¡Tanto me duele el alma! A las almas creadas a imagen y semejanza de mi Padre Celestial que caen en las garras de Satanás, las traga el infierno. DE 26-7-1963). Por la inteligencia y la voluntad conocemos y amamos al Dios verdadero. Los demonios tratarán de confundir la inteligencia y enfriar la voluntad para que no conozcamos a Dios y lo rechacemos. El ateísmo, el agnosticismo, el rechazo a Dios, la impiedad, la blasfemia, la soberbia espiritual y todo lo que  lleva al hombre a alejarse del Dios verdadero es acción diabólica, la peor de todas, la más grave. Para nublar la inteligencia y debilitar la voluntad de los seres humanos se unen infinidad de entes espirituales.

La razón de que el mundo moderno esté perdiendo la fe en Dios y rechace a Dios está en la acción de los espíritus malignos. La Virgen lo explica en Fátima. Si entendemos esto comprenderemos lo que está pasando y experimentaremos la necesidad de unirnos para combatir a los ejércitos infernales. Si no tomamos los medios eficaces para salvar la humanidad somos como avestruces que esconden la cabeza en la tierra. Debemos denunciar con firmeza y perseverancia la acción diabólica para detenerla. Esa es la misión de la Llama de Amor. Debemos unirnos y promover aceleradamente las enseñanzas de la Virgen María. Si cada familia se esfuerza por conocer la manera de actuar de Satanás y de rechazarlo desde su interior, la Iglesia se renovará rápidamente y el mundo se salvará de los desastres programados por el infierno. Una vez más el mensaje de Fátima es el punto de referencia fundamental. El Diario Espiritual nos muestra el camino de la victoria de María para los últimos tiempos.

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