CARTA No.91: ¿Por qué dice Ud. que nosotros los padres de familia católicos somos los medios más importantes para ganar el combate contra Satanás?
José María de Nicaragua pregunta: ¿Por qué dice Ud. que nosotros los padres de familia católicos somos los medios más importantes para ganar el combate contra Satanás?
Respuesta: La Iglesia es una “comunión” de corazones centrada en Jesucristo. En el plan de Dios cada familia católica es un instrumento indispensable para llevar a las demás familias al conocimiento y encuentro con su Salvador. Se trata de que cada hogar católico sea un testigo de Jesucristo en el ambiente donde vive. Si la sal se vuelve insípida ya no sirve para nada. Si la familia se vuelve oscuridad, se convierte en cómplice con el reino de las tinieblas. El Diario Espiritual nos abre los ojos: la Iglesia está bajo un asedio diabólico terrible como no lo hubo antes en la historia. Todos los seres humanos estamos asediados, pero especialísimamente la Iglesia porque es el instrumento a través del cual nos viene el Evangelio. El Demonio la ataca con saña terrible para neutralizarla y si le fuese posible destruirla. La Virgen es el instrumento privilegiado para llevar a Jesucristo a toda la humanidad. Si no tenemos conciencia de esto los cristianos caminamos errando, como ciegos. El ministerio de los progenitores es introducir a sus hijos en el camino seguro hacia la Vida Eterna. Es el trabajo apostólico más importante en la Iglesia: la salvación de las almas de sus hijos. ¿De qué sirve al hombre ganar todo el mundo si pierde su alma? (Mr 8,36).
La influencia apostólica de una familia depende de la santidad de sus miembros. ¿Cómo hacer para que la familia entera se convierta en esa FORMADORA DE SANTOS ( el SANTUARIO FAMILIAR) que la Iglesia de hoy necesita? El camino es seguir las inspiraciones que en el Diario Espiritual la Madre de la Iglesia nos va dando página tras página. Dos elementos deben trabajar juntos y de manera inseparables en este proceso de santificación de los hogares: el Inmaculado Corazón de María y los padres de familia. Debiendo ser cada hogar una Iglesia doméstica la Madre Santísima quiere ejercer en el interior de éste su Vocación: engendrar a Cristo en cada uno de sus miembros. Los padres de familia deben ponerse al servicio de la
Madre de la Iglesia para lograr este objetivo fundamental e indispensable. ¿Cómo ejerce su maternidad espiritual la Virgen en cada hogar? Leamos el Diario. Fijémonos bien. Isabel vive en intimidad permanente con Jesús y María. Ellos le hablan en su interior. Isabel los escucha y pone en práctica sus palabras. No es una ilusión que María e Isabel conversen como Madre e hija. Es la realidad más básica de la vida espiritual del bautizado. El Señor habla a los profetas, al salmista, a cada persona en el interior del corazón.
En las enseñanzas de los Apóstoles vemos cómo Dios se dirige a nosotros por su Espíritu Santo. “Es Cristo quien vive en mí” dice San Pablo (Gal 2,20). Por sus inspiraciones nos va guiando. La conversación interior permanente de Jesús y María debe ser nuestra “escuela”. Esto implica que los padres de familia deben crecer espiritualmente hasta convertirse en verdaderos guías espirituales de sus hijos. El grandísimo problema en la Iglesia es que los padres de familia han abdicado esta obligación y este derecho dejando su responsabilidad en manos de la parroquia y de los catequistas. Peor aún se están dejando arrebatar su derecho natural de educar a sus hijos por gobiernos abusivos que pretenden quitarles la patria potestad. Hoy necesitamos padres de familia aguerridos que se unan para defender el alma de sus hijos contra la agenda globalizadora de la masonería que está promoviendo a nivel mundial la destrucción de la familia. Los poderes de este mundo pretenden hacer a un lado a los padres de familia y ejercer dominio intelectual, moral y espiritual sobre sus hijos. La jerarquía de la Iglesia no tiene poder práctico para enfrentarse y vencer a estas ideologías políticas destructoras de la familia. Los padres de familia sí tienen el poder para enfrentarse unidos a las estrategias dominadoras y avasalladoras de la agenda globalizadora masónica, liberal, atea y laicista de los gobiernos.