LO QUE VERDADERAMENTE IMPORTA ES JESUCRISTO

El mensaje de la Llama de Amor del Inmaculado Corazón de María nos lleva a entender el combate espiritual de una manera positiva. No se trata en primer lugar de luchar directamente contra los demonios (aunque realmente hay un combate contra ellos) sino en crecer en primer lugar en la santidad. El Demonio y los suyos no son lo más importante. El pecado no es lo más importante. Lo más importante, lo primordial, lo que debe ocupar el centro de nuestras preocupaciones lo expresa de diversas maneras el Diario Espiritual: “Aumenta en ti la adoración y pleitesía hacia la santa Majestad de Dios” (DE 24-9-63); “enciende la Llama de Amor de mi Corazón en la tierra…Satanás se quedará ciego”…(DE 12-9-63); “renuncia ya a ti misma. Nada, ni un pelo se interponga entre tu y Yo” (DE 8-4-1962); “y sin interrupción vives unida a Mí en cada momento”; “A la Llama de Amor de Mi Corazón añade tu amor y pásala a otros” (DE 13-4-1962);” para recibir grandes gracias es necesario preparar tu alma con mayores sufrimientos. 

Sólo así crece la gracia en tu alma”; “Desea con todas las fuerzas de tu corazón que mi Llama de Amor se encienda cuanto antes y ciegue a Satanás”; “que la Llama de Amor de Mi Corazón se haga fuego vivo en los corazones, en las almas” (DE 4-5-1962); “Que nuestros pies vayan juntos…nuestras manos recojan unidas…nuestros corazones latan al unísono…nuestro interior sienta lo mismo…el pensamiento de nuestras mentes sea uno…nuestros oídos escuchen juntos el silencio…nuestras miradas se compenetren profundamente fundiéndose la una en la otra…nuestros labios supliquen juntos al Eterno Padre para alcanzar misericordia” (DE 4-5-1962)” etc. etc. Lo esencial en el combate espiritual según el Mensaje dado a Isabel Kindelmann es el crecimiento en la unión a Jesucristo.  Crecer en las virtudes cristianas. Ser uno con Cristo. San Pablo lo describe así: “Ya no soy yo quien vivo, es Cristo que vive en mí” (Gál 2,20).

La protección contra los demonios, el rechazo y la victoria contra los espíritus malignos es un “producto”, “una consecuencia” de la entrega total del alma a Jesucristo. Esto es una gran aportación al campo del combate espiritual. Muchísimas personas y aún sacerdotes ponen el énfasis en la oración de liberación en sí misma. La oración queda así orientada en primer lugar a la expulsión de los espíritus malignos. El resultado es que muchos son liberados pero “su vida espiritual” cambia muy poco, o nada. Se obsesionan con los demonios y su vida gira en torno a ellos. Viven pendientes de ellos en vez de vivir pendientes de Jesucristo”.  La Llama de Amor nos conduce más allá del combate espiritual “frontal” contra Satanás a la entrega total a Jesús. Crecer en Cristo es lo esencial, luchar contra la voluntad propia que nos hace cómplices de Satanás.  En la medida en que los miembros de la familia se entregan con decisión a vivir intensamente la Fe unidos en comunidad, las oraciones de liberación tienen su efecto. 

Es la santidad de vida lo que importa, el resto viene por añadidura. No digo que las oraciones de liberación no sean importantes ni eficaces. No, por supuesto que las oraciones de liberación son importantísimas y eficacísimas en el combate contra Satanás y los suyos. Digo que la Llama de Amor nos sitúa en el punto correcto para que nuestras oraciones de liberación sean eficaces: lo esencial es que el principal empeño sea puesto en una vida de conversión y entrega total a Cristo Jesús. Es necesario tomar todos los medios de santificación que la Iglesia nos ofrece para que los ataques del enemigo sean repelidos. Quien no entiende esto podrá recibir muchas oraciones de liberación pero siempre presentará puertas abiertas por donde los espíritus malignos penetrarán. Será una paz frágil la que se obtenga. La asidua lectura y meditación del Diario Espiritual nos lleva a transformar nuestras familias en ese Santuario en donde Jesucristo reina como Dueño y Señor y los enemigos quedan siempre derrotados en el combate por las almas.

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