La Llama de Amor debe partir de las parroquias para transformar la Iglesia Universal
En el Diario Espiritual de la Llama de Amor se habla de Hora Santa de Reparación en las Parroquias y de Hora Santa de Reparación en la Familia. Vemos aquí la estrecha relación que debe existir entre el templo Parroquial y la familia. En el templo se reúne la comunidad parroquial. En la casa de habitación se reúne la familia que es la “iglesia doméstica”. Las Parroquias estan formadas por la comunión de pequeñas iglesias domésticas. Comunión de familias que creen Cristo y profesan su fe celebrando juntos la Palabra, la Eucaristía y los demás Sacramentos; participando activamente en las demás actividades de la comunidad. Tenemos dos polos principales de desarrollo para la vida cristiana: la parroquia y la familia. (También podríamos considerar la escuela, el trabajo, etc.)
En el Diario Espiritual de la Llama de Amor, vemos que Isabel Kindelmann es una mujer que vive su fe católica de manera coherente con la comunidad. No se aísla. No es católica a su manera. Vive y profesa su fe dentro del marco parroquial y eclesial como debe ser para todo bautizado. Al mismo tiempo vive su fe en casa y trata de transmitirla a sus hijos. En el Diario no encontramos más que algunas alusiones a estas dos facetas. Cuando se haga la biografía de Isabel seguramente nuestra comprensión del Diario se verá iluminada por las anécdotas y los pormenores concretos de su existencia de cada día.
La gracia de la Llama de Amor debe llevarnos a la Parroquia como al centro de la vida cristiana: la Eucaristía. No se puede desarrollar el efecto de gracia de manera integral si no es partiendo de la Parroquia, llegando a la Parroquia y extendiéndose más allá de los límites de la Parroquia (p 94). Se trata de una gracia que brota de la Eucaristía (“la Llama de Amor es Mi Hijo Jesucristo”) y nos lleva a la Eucaristía (para renovar la calidad de la vida cristiana de la parroquia) y nos lanza a iluminar a los que todavía no se han congregado en Cristo Jesús (transmitiéndoles el incendio de la Llama de Amor: evangelización). Para marcar el origen eclesial de esta gracia, la Virgen María pide que Isabel hable con el Obispo y le transmita su mensaje; le indica que busque a doce sacerdotes fervorosos y que la Llama de Amor sea predicada y entregada a los fieles desde doce templos simultáneamente (p 43, 45, 51, 172,etc).
Según el plan de la Virgen María su Llama debe ser entregada en las Parroquias y en los Santuarios y de allí llevada a las casas y a toda Hungría y a toda la Iglesia. Es ante todo al Papa ( p 79,99,293-295), al Obispo (p136-140,172), al Párroco, a los sacerdotes (p 129,132,140, 232,244), que la gracia de la Llama de Amor debe ser explicada para que se convierta en un reguero de luz que transforme en poco tiempo la Iglesia universal. Es una gracia para toda la Iglesia y no para un pequeño grupo o movimiento. El combate es contra el infierno entero, y para cegarlo y vencerlo es necesario que todas las fuerzas se unan (p 202). El plan de la Virgen María no se ha puesto totalmente en marcha aún. Apenas está comenzando. (p 72) El Papa todavía no ha reconocido y extendido la Llama de Amor a toda la Iglesia. Los trámites ya se iniciaron. Dios tiene su tiempo. Estamos preparando el momento informando y dando a conocer esta Gracia extraordinaria para toda la Iglesia.
Nos exponemos al peligro de reducir la Llama de amor a UNA DEVOCIÓN como hay tantas. O a un movimiento cerrado que se dedique a promover una devoción. Los párrocos tienen miedo a “una nueva devoción y a un nuevo movimiento o a un nuevo grupo o a una nueva comunidad”. La virgen habla de “un nuevo instrumento” que Ella pone en nuestras manos para cegar a Satanás (p 43). Cuando el Papa, los obispos, los sacerdotes y los laicos se den cuenta de que la Llama de Amor ciega, ata, quebranta, somete, y expulsa al Demonio, en carrera la aceptarán y la pedirán. (p 55,56,60,79). El testimonio de familias transformadas, liberadas por la Llama de Amor es indispensable para que los párrocos comprendan que el Demonio existe y está destruyendo la Iglesia por la destrucción de “las familias”. Debemos ser dóciles a las peticiones de la Virgen María, tal como Ella nos las da en el Diario Espiritual. (p 78, 79, etc.).
No basta rezar el Rosario de la Llama de Amor, ni repetir la coronilla muchas veces sin ton ni son. Es necesario que los padres de familia asuman su responsabilidad de pastores liberadores y sanadores de su matrimonio y de sus hijos PIDIENDO A MARÍA SANTÍSIMA QUE SE MANIFIESTE Y ACTÚE cuando hay un problema espiritual en la familia o en alguno de sus miembros. Es entonces cuando tenemos un instrumento de liberación que responde eficazmente a nuestras necesidades. La Llama de Amor pide un compromiso de todos los miembros de la familia en la lucha contra el mundo de las tinieblas.
Muchos de los problemas que aquejan a los hogares son producto de la acción de espíritus malignos, herencias espirituales ancestrales, maleficios, etc. Nuestra Señora interviene en estos casos protegiendo y también liberando de esas cadenas. Es necesario que la familia sea consciente de esto y se comprometa con la Virgen en este combate de cada día, hasta que Jesús sea el verdadero Rey y Señor de los hogares. Esto renovará las Parroquias y la Iglesia.