CARTA No.320: LA DEVOCIÓN A LA LLAMA DE AMOR RENUEVA EL MINISTERIO SACERDOTAL

Margarita, de Bogotá, Colombia pregunta: ¿Cómo la Devoción a la Llama de Amor renueva el ministerio de los sacerdotes? 

Respuesta: La Devoción a la Llama de Amor no solamente renueva el ministerio de los sacerdotes, sino el compromiso de los consagrados por los votos dentro de las órdenes religiosas, la santidad de vida y el ministerio de los esposos unidos por el sacramento, el camino espiritual de todo bautizado, el destino de todos los seres humanos aunque no estén bautizados. En estos últimos tiempos la humanidad está experimentando una terrible contradicción: por una parte el enfriamiento de la Fe en el único y verdadero Dios y por otra el crecimiento de la “fe” en Satanás y su reino de las tinieblas. Las Sagradas Escrituras han profetizado este fenómeno: ¿Cuando venga el Hijo del hombre encontrará fe sobre la tierra? – dijo Jesús (Lc 18,8). San Pablo nos habla de una “apostasía” final: (2Tes 2,3) “Primero tiene que venir la apostasía y manifestarse el Hombre impío, el Hijo de perdición…”. San Pablo le dice a Timoteo: “Ten presente que en los últimos días sobrevendrán momentos difíciles; los hombres serán egoístas, avaros, fanfarrones, soberbios, difamadores, rebeldes a los padres, ingratos, irreligiosos, desnaturalizados, implacables, calumniadores, disolutos, despiadados, enemigos del bien, traidores, temerarios, presuntuosos, más amantes de los placeres que de Dios, que, teniendo la apariencia de piedad, reniegan de su eficacia. Guárdate también de ellos”(2 Tim 3.1-5). 

En el Diario Espiritual la Virgen nos pone en guardia contra este “enfriamiento de la fe” en los cristianos. Somos luz del mundo y sal de la tierra. En el plan de Dios somos los instrumentos de Jesucristo para salvar a toda la humanidad. Si los bautizados, los que creemos en Cristo, dejamos de ser luz y sal de la humanidad, muchas almas se perderán. Las súplicas constantes: “derrama el efecto de gracia de tu Llama de Amor sobre toda la humanidad” y “que nuestros labios supliquen juntos al Eterno Padre para alcanzar misericordia para toda la humanidad” nos dicen claramente que la salvación de muchas almas depende de la fidelidad de la Iglesia a su vocación. La intercesión de los cristianos obtiene para los no cristianos las gracias que necesitan para su salvación. Infinidad de almas no se salvarán si la Iglesia no es fiel al Evangelio. Los sacerdotes son los intercesores por excelencia. En la medida que el sacerdote es fiel a su vocación en esa medida produce frutos (Jn 15,4-5). Por eso la santidad del sacerdote es de trascendental importancia en el plan de Dios.

El sacerdote infiel arrastra al infierno infinidad de almas. ¿Cómo la devoción a la Llama de Amor renueva el ministerio del sacerdote? En primer lugar acrecentando en su vida el amor y conocimiento de la Madre de Dios y de la Iglesia. La devoción a María alcanza dimensiones insospechadas en su vida íntima y en su ministerio sacerdotal. En segundo lugar el sacerdote va descubriendo cómo con la Llama de Amor su ministerio destruye el poder de las tinieblas. Es el mismo Cristo quien destruye las obras de Satanás a través de su sus sacerdotes, de todos los sacerdotes y no solamente a través de los “exorcistas oficiales”. Es un hecho: todas las personas somos en mayor o menor grado víctimas de la acción diabólica y no somos conscientes de ello. La Llama de Amor nos lleva a la raíz del problema: la pastoral debe ser en primer lugar “pastoral liberadora” para que el pueblo de Dios sea libre de las cadenas espirituales que lo atan y enceguecen. Hay un inmenso fracaso en la pastoral de la Iglesia.

La fe se va perdiendo a pasos agigantados entre los católicos. Si el sacerdote no quebranta el poder de Satanás, ¿para qué sirven la luz y la sal de la tierra? ¿Para qué sirven los sacerdotes? Los bautizados abandonan la Iglesia porque ésta no responde a sus necesidades fundamentales: la libertad espiritual. Es necesario cegar a Satanás para que la Iglesia se renueve desde la raíz. La Virgen nos lo dice: “las almas escogidas tendrán que luchar contra el príncipe de las tinieblas. Será un borrasca terrible…”(DE 19-5-1963). “Las fuerzas aunadas del mundo entero se necesitan para cegar a Satanás”. “Satanás quedará ciego en la medida en que ustedes (sacerdotes y laicos) trabajen en contra de él” (DE 27-11-1963). Muchos sacerdotes abandonan el ministerio y se van a errar por el mundo buscando el sentido de su vida porque se han desilusionado de su vocación. En realidad han sido “cegados por el príncipe de este mundo”. No le encuentran sentido a su sacerdocio porque no han descubierto el tremendo poder del Sacramento del Orden Sacerdotal. La gran esperanza de la Iglesia es el Inmaculado Corazón de María que con su Llama de Amor transformará a los sacerdotes en testigos vivos del Jesús que derrota a poder de las tinieblas.

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