CARTA No.116: A mi alrededor hay mucha gente que sufre mucho. ¿Por qué dice Jesús que el sufrimiento es un regalo de Dios? ¿No es consecuencia del pecado?
Hermelinda, del Distrito Federal, en México, dice: Conozco desde hace mucho tiempo la Llama de Amor. Lo que más me ha costado en esta Devoción es aceptar los sufrimientos como un regalo de Dios. He sufrido mucho en mi vida, desde niña. Mi vida se parece a la de Isabel Kindelmann. A mi alrededor hay mucha gente que sufre mucho. ¿Por qué dice Jesús que el sufrimiento es un regalo de Dios? ¿No es consecuencia del pecado?
Respuesta: Todos los seres humanos tenemos la experiencia del dolor, del sufrimiento. Es algo terriblemente desconcertante porque desde el fondo de nuestro ser lo rechazamos con todas nuestras fuerzas. El sufrimiento nos da horror. Es más desconcertante para nuestra inteligencia humana, pequeña y limitada, que en el Diario Espiritual de Isabel Kindelmann Jesús le diga que los sufrimientos son “Su regalo” . A muchos otros santos Jesús les ha dicho lo mismo. La única respuesta válida que podemos dar a esta aparente tragedia del dolor es la que San Pablo nos da en la primera Epístola a los corintios: “Dios dispuso salvar a los creyentes por la locura de la cruz” (1Cor 1,21-26). “Anunciamos a un Cristo crucificado, escándalo para los judíos, locura para los paganos”…”un Cristo que es fuerza y sabiduría de Dios”…”la locura de Dios es más sabia que la sabiduría de los hombres y la debilidad de Dios más fuerte que la fortaleza de los hombres”. San Pablo habla de los “creyentes”. Efectivamente sin la Fe es imposible comprender por qué Jesús le dice a Isabel que los sufrimientos que Él le da, son Su regalo (DE 20-9-1962). Tenemos que contemplar la vida de Jesucristo y preguntarnos por qué Dios quiso que su Hijo infinitamente amado se encarnase y muriese en la cruz.
¿Acaso Jesús había pecado? Nunca podremos comprender racionalmente hablando este terrible misterio del dolor de Jesucristo. Es un misterio de Fe. Solamente nos queda creer sin comprender. ¿Por qué Dios quiso que su Hijo llevase sobre sí los pecados de toda la humanidad y los reparase por sufrimientos infinitos en su alma y en su cuerpo? “Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que todo el que crea en Él no perezca sino que tenga la Vida Eterna” (Jn 3,16). En estos últimos tiempos en los que el dolor ha invadido la tierra como nunca antes en la historia del hombre el mensaje del Evangelio es la única luz que puede resolver la tragedia del sufrimiento humano. Solamente por un acto de Fe podemos aceptar que el dolor es un regalo de Dios. Ese es el camino que nos propone la Devoción a la Llama de Amor para conseguir la victoria contra el sufrimiento, que es consecuencia del pecado. Jesús le pide a sus amigos que acepten con fe y con gran amor los dolores de esta vida. Más aún le pide a Isabel que busque el dolor (ayunos dolorosos, renuncias a los gustos naturales, sufrimientos voluntarios, etc. ) y que lo ofrezca en reparación de sus pecados y por la salvación de las almas. La Virgen quiere que las familias abran los ojos y que por medio de un acto de Fe aprovechen los sufrimientos y los ofrezcan a Dios en reparación de sus pecados y por la salvación de sus miembros.
Incontables hogares están agobiados por dolores que no se pueden comprender humanamente hablando. La Devoción a la Llama de Amor viene como un regalo de la Virgen para darles esperanza y fortaleza. Es necesario leer y estudiar el Diario con Fe. Jesús y María piden que llevemos sobre nosotros la cruz de Jesús. La cruz es lo único que hace huir a Satanás y lo derrota. El dolor es consecuencia del pecado. Cuando lo aceptamos con Fe en Jesucristo crucificado tenemos la Vida Eterna. Esta es la gran enseñanza de la Llama de Amor y la más urgente y necesaria para los bautizados. Cada familia está llamada a ofrecer a Dios su sufrimientos unidos a los de Jesucristo. Los cristianos por nuestro bautismo somos víctimas ofrecidas a Dios para reparar los pecados del mundo y obtener con nuestros sufrimientos la salvación de las almas. Las almas no se salvan con palabras bonitas sino con la sangre de Cristo. El Diario Espiritual es una “escuela” de la cruz. Tenemos que leer la vida de Isabel Kindelmann en esta perspectiva: las familias que aceptan la Llama de Amor se convierten en instrumentos de Jesucristo para cegar a Satanás. Es en la cruz que Cristo vence a la muerte. El Inmaculado
Corazón de María es el modelo del cristiano. Al pie de la cruz ella se ofrece con Cristo al Padre para reparar los pecados del mundo. Cada cristiano debe completar lo que falta a la pasión de Cristo uniendo sus sufrimientos a los de Jesús crucificado (Col 1, 24).