CARTA No.114: Vi y escuché la lección No. 25 de la Escuela de la Llama de Amor. Quedé muy impresionado cuando Ud. habló de las almas que aparecieron en una de sus oraciones de liberación.
Pedro, de Managua, Nicaragua dice: Vi y escuché la lección No. 25 de la Escuela de la Llama de Amor. Quedé muy impresionado cuando Ud. habló de las almas que aparecieron en una de sus oraciones de liberación. No entiendo cómo un alma pueda hacer daño a un niño colocándose en su estómago e impidiéndole comer. Me impresionan mucho los testimonios que Ud. da de las almas.
Respuesta: Tendría que emplear mucho tiempo y espacio para explicar este fenómeno de las almas que actúan en nuestra vida de cada día. Cada exorcista tiene sus experiencias. Yo solamente puedo compartir lo que me ha sucedido cuando he orado por personas afectadas por la acción del enemigo. Lo que yo relato o comparto algunas veces no tiene más valor que el de mi experiencia personal. Efectivamente en la lección No. 25 dije que al orar por una persona que está siendo afectada por la acción de hechiceros aparecieron varias almas que estaban haciendo daño a esta familia. Los que llamamos “brujos, hechiceros, santeros, macumberos, sacerdotes vudús, chamanes, etc. son sujetos que tienen pacto con Satanás y ejercen esos poderes para hacer daño a las personas. En el caso que presenté están tratando de separar un matrimonio por medio de hechicerías. Esta oración la estoy haciendo por teléfono. La familia afectada vive en los Estados Unidos, yo vivo en Nicaragua. Hay miles de kilómetros de distancia pero para la oración no la hay. Varios brujos están trabajando para que los esposos se separen y se divorcien. Están dañando al marido, a la esposa y a los niños.
Llevo varios meses orando para contrarrestar esa acción diabólica. Es un combate muy fuerte porque los brujos no cesan de repetir los maleficios. La Virgen María con su Llama de Amor ha ido quebrantando esa acción diabólica y las cosas van mejorando. Hablé de este tema para que veamos cuán grande es el amor de Dios para las almas y cómo impide la condenación eterna cuando el moribundo hace un mínimo gesto de amor hacia Él. Dije que al orar apareció el alma de un narcotraficante que murió acribillado, que había matado a mucha gente y que llevaba un crucifijo en el pecho en el momento de su muerte. Me dijo: “me salve en último momento porque llevaba el crucifijo en el pecho, (otro dijo: me salvé porque llevaba el escapulario de la Virgen del Carmen). Dijo: estoy en lo más profundo del purgatorio, llevo veinticinco años allí. Sufro mucho”, y se puso a llorar. “El brujo me obligó a entrar en el cuerpo del niño, me encadenó a él”. ¿Qué le haces al niño? le pregunté. Respondió: “le impido comer, el niño huele la comida y le provoco asco. No come. Ya llevo tres años en él. Estoy en la barriga del niño. Yo no le quiero hacer daño, pero el brujo me obliga”.
El padre de familia me dijo: es cierto, desde hace tres años mi niño que tiene cinco, no come, solamente huele la comida y no come. Tenemos que batallar para que coma. Seguimos orando y Jesús liberó a esta alma de sus cadenas y se la llevó consigo. ¿Cómo es posible todo esto? Ejemplos como este tengo muchos. Los demonios tienen poder sobre ciertas almas que han llevado una vida muy alejada de Dios y que están en lo más bajo de purgatorio. Los brujos lanzan estas almas y demonios contra las personas para hacerles daño. Estas almas están “endemoniadas”, es decir bajo el poder de los demonios. No están condenadas. Están en estado de purificación hasta que Dios lo decida. Esto que relato es muy difícil de entender, especialmente para aquellas personas que no tienen fe y que no tienen experiencia en la vida espiritual. El mundo de la oscuridad es terrible. Yo saco en consecuencia que muchos de los sufrimientos que experimentamos los seres humanos vienen de los demonios, de las almas esclavizadas por éstos y manipuladas por los brujos.
Esto es profundamente misterioso, pero para los exorcistas es una realidad de todos los días. Por ese motivo debemos estar poderosamente protegidos llevando una vida de santidad. La acción diabólica es muy extensa y se ejerce de muchas maneras. De allí la necesidad de estar siempre atentos a lo que sucede en torno a nuestras facultades (inteligencia, voluntad, memoria), a nuestro cuerpo físico, a nuestro entorno físico ( la casa, el negocio, los amigos, la ciudad, el mundo), en la familia (al cónyuge, a los hijos, a los demás miembros del hogar). La falta de fe, el racionalismo que nos embebe, la visión materialista del mundo, nos impide discernir la acción de los demonios y de los agentes de éstos (brujos…). Es un hecho, solamente cuando somos humildes (no tontos) podemos ver la acción del enemigo en lo que nos sucede. El Inmaculado Corazón de María, Madre de la Iglesia, nos enseña a discernir y con su Llama de Amor ciega y destruye la acción de los espíritus malignos. Aquí desempeña un papel de primera importancia la acción del “efecto de gracia” de la Llama de Amor. Por este motivo debemos dar a conocer esta Devoción y esta gracia a todas las familias.