CARTA No.70: Homosexualidad 2

Jesús no habló nada acerca de la homosexualidad. No era necesario que lo hiciera. En las Sagradas Escrituras está muy claro en Lv 18,22; 20,13 que las relaciones íntimas entre personas del mismo sexo se apartan del designio de Dios sobre la sexualidad humana. En el Nuevo Testamento este tema está tratado con profundidad especialmente por San Pablo en Romanos capítulo 1. En el Diario Espiritual no se habla de la homosexualidad de manera directa pero se habla del pecado de lujuria. El 23 de mayo de 1962 Isabel tiene un sueño: vio en el cielo un gran disco misterioso, transparente, constituido por varias láminas de un material muy duro. El disco era visible pero los demonios lo cubrieron con una lámina de hierro de color negro. Se sintieron felices cuando lograron su objetivo. Tres personas, enemigas del maligno, aparecieron en una nube, conferenciaban entre sí y se preguntaban cómo se podía quitar esa lámina negra. Los demonios reían sarcásticamente al contemplar su trabajo y se felicitaban por lo bien que estaba hecho. Isabel no comprendió el sueño.

Jesús más adelante se lo explica: El disco negro es Hungría. “En la nube blanca estaba mi Madre” y un sacerdote fiel dispuesto a hacer todo por Jesús. ¿Sabes qué significa en el disco la densa negrura?. Significan los siete pecados capitales. Esta plancha está compuesta de siete láminas y cada una de ellas está colocada separadamente aunque parece como si fuera soldada de una sola pieza. La capa superior es la Lujuria. Esta es una capa muy fina y resistente pero se la puede doblar y así hay que quitarla de ahí. Muchas oraciones acompañadas de sacrificio es lo que la puede doblar…”. El 8 de Enero de 1963 María dice a Isabel ¡Oh mis tormentos al tener que ver cuántas almas se condenan y caen al infierno!”. En otro pasaje le dice: “El pecado que más almas arrastra al infierno es la lujuria”. Todo el Diario Espiritual esta orientado por una idea central: la salvación de las almas. Para que los padres de familia puedan cumplir la grandiosa misión que Dios les ha entregado ( salvar las almas de sus hijos llevándolas a la más alta santidad) Jesús y María les entregan la Llama de Amor.

Los pecados relativos a la sexualidad humana, entre los que se encuentra la homosexualidad, tienen la misma terapia que los otros seis pecados capitales: obtener la gracia de Dios. Es un error extraer el pecado de homosexualidad y constituirlo como una entidad única, propia, aislada. Este pecado, igual que los demás, es fruto de la debilidad que el pecado original produjo en la naturaleza humana. Jesús dice que para quitar la capa superior del disco fina y resistente, que es la Lujuria, se necesitan muchas oraciones acompañadas de sacrificios. Es necesario tener en cuenta que los espíritus malignos, los demonios y sus secuaces, actúan sobre las facultades del alma (inteligencia, memoria, voluntad) debilitadas por la caída original, para arrastrar a cada ser humano al pecado. Muchas personas son afectadas de manera obsesiva en el área de la sexualidad y perturbadas hasta el paroxismo. Una de estas afectaciones es la homosexualidad. Los partidarios del movimiento LGBT+ piensan que lo que la Palabra de Dios considera como desviaciones en el campo de la sexualidad son normales, y naturales, propias del ser humano.


Se enardecen cuando la Iglesia predica que la homosexualidad es un pecado y que es necesario luchar contra estas tendencias. Atacan a las personas que tratan de ayudar a aquellos que padecen de esta anomalía y no toleran las terapias que pueden sanar esta condición. Para que alguien afectado por las obsesiones de tipo sexual, cualquiera que sea, sobrepase esta situación, es necesario absolutamente que comprenda que se trata de una materia que en la moral cristiana se cataloga como de “pecado mortal”. Al reconocer como verdadero pecado los actos homosexuales tiene acceso a los grandes auxilios espirituales que Dios otorga: la oración, la Palabra de Dios, los Sacramentos, la penitencia. Estas gracias de Dios protegen al alma de la acción diabólica, sanan las malas tendencias, perdonan los pecados, restauran la paz del corazón y la fortalecen en el diario combate contra las pasiones. Este es el método de la Llama de Amor para restaurar las familias católicas y convertirlas en verdaderos testigos con poder ante un mundo víctima de la ceguera espiritual producida por los espíritus malignos.

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