EL GRAN LLAMADO DE LA VIRGEN A LAS FAMILIAS (9)

LOS ESPÍRITUS MALIGNOS ATACAN NUESTRO ENTORNO

Jesús le dice a Isabel Kindelmann “Por más grande que sea el tormento que te causa Satanás, soy Yo quien se lo permito, ¡no temas! Su poder llega sólo hasta donde Yo le determino” (DE 4-2-1963). Los tormentos que Satanás procura a los hijos de Dios tienen un objetivo en el Plan del Señor: nuestra santificación. Dios no permitiría en nuestra vida nada que pudiera hacernos daño. Por lo tanto debemos considerar que la Divina Providencia se sirve de la acción diabólica para darnos oportunidades de crecer espiritualmente y de llegar a la más alta santidad. Sin embargo hay que tener en cuenta que no es lo mismo aceptar con humildad la voluntad de Dios, que permite sobre nosotros la acción diabólica, que invocar al Demonio en contra de la voluntad de Dios. En este segundo caso quienes llaman en su auxilio a Satanás o le rinden culto, se entregan libremente a la acción de los espíritus malignos. Según hemos compartido el Demonio y los suyos atacan principalmente nuestra “inteligencia, voluntad, memoria” (las facultades del alma), atacan nuestro cuerpo y ahora veremos que atacan también el entorno en que vivimos. 

Más allá de nuestros ojos hay un mundo poblado por entes espirituales que tratan de tomar contacto con nosotros. Es un mundo desconocido y complejo que nos rodea. Las Sagradas Escrituras nos hablan de este mundo en algunos de sus pasajes. Están los ángeles buenos que nos asisten y ayudan (libro de Tobías), están los ángeles perversos que nos atacan (Apocalipsis), están las almas de los difuntos que se pueden manifestar (1 Sam 28,7; Sab 17,15; Mt 27,52). La Palabra de Dios y la Iglesia nos enseñan que de ninguna manera debemos entrar en contacto con el mundo de los demonios y de los difuntos. Eso ofende a Dios y nos expone a grandes peligros espirituales y materiales. Quien invoca a Satanás se mete voluntariamente “en la boca del lobo”, le abre la puerta de su alma, de su casa, de su familia; igualmente quien invoca a los muertos (espiritismo, juego de la uija,…etc.) se expone a los engaños diabólicos y a las perturbaciones del mundo oculto.

No existe la magia blanca, es lo mismo: rendir culto a Satanás. El Demonio hace creer a los ingenuos que invocándolo van a obtener beneficios (dinero, trabajo, amor, poder, sabiduría, …). La respuesta de Satanás a quienes lo invocan es en realidad la desgracia espiritual y las perturbaciones de todo tipo: presencias amenazadoras, ruidos, ruina material, sueños espantosos, enfermedades, manifestaciones de fuerzas desconocidas que afectan las casas o lugares. Allí donde se ha invocado al Demonio se le da derecho a estar presente y a actuar. Algo mucho peor que invocar al Demonio para obtener beneficios es invocarlo para dañar al prójimo: en este caso tenemos el “maleficio”. Hay personas llenas de odio y envidia que van donde los llamados brujos, chamanes, magos, santeros, vudúes, paleros, etc, etc. para perjudicar a sus enemigos. Quien hace esto peca gravísimamente y se hace reo de las maldiciones que invoca contra el prójimo. Hasta la cuarta y quinta generación caen en cierto modo las consecuencias de este pecado de idolatría.

En la cultura moderna el Demonismo ha proliferado y desgraciadamente sigue avanzando. Es el resultado de la pérdida de la Fe católica. Es inmensa la cantidad de gente que recurre para su desgracia a la invocación del Demonio. Se dicen cristianos y van a buscar ayuda donde los brujos. El primer paso para la victoria de María Santísima contra Satanás consiste en erradicar de nuestras familias todo recurso a la acción diabólica  o de los llamados “espíritus”. Es necesario renunciar a la magia, a la santería, al vudú, a la hechicería, a la invocación de los muertos, a los juegos mágicos, etc. porque todo eso ofende gravemente a Dios e impide las bendiciones de Dios sobre la familia. Muchos hogares están sumidos en la desgracia espiritual y material por este gran pecado de la idolatría.

Comparte la Llama de Amor

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *