LA LLAMA DE AMOR ES LA PRECIOSÍSIMA SANGRE DE NUESTRO SEÑOR

La Llama de Amor del Inmaculado Corazón de María es Jesucristo Crucificado que con su Sangre preciosa ciega a Satanás. Somos redimidos por los infinitos sufrimientos de Nuestro Señor Jesucristo. Toda la enseñanza del Diario Espiritual de Isabel Kindelmann culmina en Jesucristo crucificado, en sus preciosas llagas, en su Sangre preciosísima. Desde siempre la Iglesia ha estado consciente de este Misterio. Los cristianos “miramos y adoramos a Quien hemos traspasado” como a nuestro Salvador y Redentor. Cuando perdemos esta perspectiva nuestra vida se oscurece y caemos gradualmente en el reino de las tinieblas. Eso es lo que ha pasado en los bautizados. Las tinieblas han ido invadiendo todo: la cultura, la economía, la política, la prensa, los medios de comunicación social, la medicina, la educación,…la Iglesia. El aire que respiramos se ha vuelto oscuridad. La imagen de Jesucristo mismo ha sido oscurecida y quienes miran a Jesús ya no lo adoran sino que lo rebajan al grado de un simple hombre, muy sabio, muy bueno, pero un simple hombre. 

La Virgen María nos va introduciendo en el camino correcto que llevará a cada hombre, cada familia, cada nación, a la Iglesia, a la humanidad entera a los pies del Redentor. Este camino es supremamente doloroso porque exige la total renuncia a nosotros mismos, a nuestra propia voluntad, a lo que el mundo nos ha enseñado, a lo que la carne exige, a lo que el Demonio permanentemente nos propone. El Evangelio es clarísimo. Quien quiera venir detrás de Mí, que se renuncie a sí mismo, que tome su cruz y que me siga. Por eso el Evangelio es tan despreciado y rechazado por aquellos que pertenecen al reino de las tinieblas. La Devoción a la Llama de Amor y la Devoción a la Preciosísima Sangre están íntimamente unidas y relacionadas. 

La Llama de Amor nos lleva a la Preciosísima Sangre y especialmente a utilizar en el combate contra las tinieblas el supremo poder de las Llagas de Nuestro Señor Jesucristo. Decir: “Derrama el efecto de gracia de tu Llama de Amor sobre toda la humanidad” es exactamente decir: “Derrama tu Preciosísima sangre sobre toda la humanidad”. La Llama de Amor es la Sangre de Cristo. Allí está la Sabiduría Divina, el Divino Conocimiento, la Luz del Cielo y de la tierra, el Poder absoluto de Cristo sobre todas la cosas. “Toda rodilla se dobla en el Cielo, en la tierra y en los infiernos ante el Nombre de Jesús”. En la medida en que los bautizados adoren a Jesucristo crucificado recuperarán la Sabiduría y el conocimiento que renovará a la Iglesia desde los cimientos.