Isabel Kindelmann un modelo para el combate espiritual

Isabel despliega ante nuestros ojos con esas pinceladas descriptivas el asedio diabólico que va sufriendo en ese camino de santificación que Dios le ha deparado. La misión que Dios le ha encomendado de ser la “primera» en recibir la gracia de la Llama de Amor exige de su parte una gran santidad. Así como el oro se purifica en el crisol y el diamante se perfecciona bajo el dolor de la sierra que lo talla, Isabel va ha ser santificada por el sufrimiento. Dios se va a servir del demonio para santificarla.

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