LA GRACIA DE LA LLAMA DE AMOR NO NOS QUITA EL PESO DEL COMBATE ESPIRITUAL
Isabel Kindelmann quien acaba de descubrir en la pág. 127 el EFECTO DE GRACIA de una manera práctica. La Virgen le hace experimentar cómo el Diablo «se debatía impotente» bajo el fuego de la Llama de Amor. Isabel experimenta una «fuerza y consolación casi sobre humanas». En mi ministerio sacerdotal con mucha frecuencia me encuentro con personas que experimentan de un manera desesperante la acción diabólica. Quien ha sido o es atacado por el Demonio de una manera notable o extraordinaria vive un verdadero «infierno» ya aquí en la tierra. Se siente profundamente desgraciado. No encuentra sosiego. Quisiera morirse. Lleva dentro de sí un tormento permanente. La persona experimenta desesperación. Siente que nadie la entiende y ella por su parte no entiende a los demás. Tampoco se comprende a sí misma. Vive en una oscuridad que la hace terriblemente infeliz.
Por ese motivo cuando descubre el EFECTO DE GRACIA DE LA LLAMA DE AMOR, comienza a descubrir una luz que paulatinamente va rompiendo las tinieblas y siembra en su vida una esperanza que va dando como fruto la paz del corazón. Es como pasar de la muerte a la vida, de la oscuridad a la luz, de la cárcel a la libertad, de la desesperación a la esperanza. En Isabel Kindelmann vemos este permanente combate entre un alma que quiere ser fiel a Dios pero que se ve torturada de múltiples maneras por Satanás. Ese estado de constante lucha es querido por el Señor en esta Sierva. El ataque despiadado del mundo de las tinieblas es consecuencia de una vida alejada de Dios, o fruto de un «maleficio», o de prácticas esotéricas como sucede a tanta gente, Siendo el instrumento que María escoge para transmitirnos la Llama de Amor, debía experimentar en carne propia la derrota de Satanás.
El que no vive una experiencia no puede ser testigo. Isabel siente cómo el Demonio que durante tanto tiempo la ha torturado con sus múltiples opresiones cae impotente, sometido por el EFECTO DE GRACIA. La Virgen le dice a Isabel: «Tu aceptación de los sacrificios y tu fidelidad, hijita mía, me estimulan a que en mayor medida todavía derrame sobre ustedes el efecto de mi Llama de Amor y en primer lugar, y en mayor medida sobre ti porque tú eres la primera quien la recibe». A partir de hoy ha en la vida de Isabel habrá todavía más combate porque el Demonio querrá a toda costa impedir que Isabel sea un instrumento eficaz.
En el último párrafo de la página 129 la Sierva de Dios nos transmite sus impresiones: «Después de esto, la Santísima Virgen me preparó para pasar mayores sufrimientos todavía, pero esto no causó en mí ahora NINGÚN TEMOR PORQUE POSEER LA LLAMA DE AMOR DE LA SANTÍSIMA VIRGEN Y SABER CON QUÉ GRAN FUERZA ME REVISTE, me dio fuerza y consolación casi sobrehumanas». La gracia de la Llama de Amor no nos quita el peso del combate sino que nos reviste de fuerza y consolación para enfrentarnos al enemigo y vencerlo. Más adelante, en las págs. 132 – 133 María explica a Isabel por qué motivo la escoge a ella para darle la Llama de Amor. Todas las mujeres deberían leer y meditar estas páginas.