La Virgen pide la unidad de todos para vencer a Satanás.
Un trabajo mancomunado de todos sus devotos. El resultado de este esfuerzo de todos sus hijos serla la humillación de Satanás y su reducción a la impotencia. Ya no podrá ejercer su poderío. En muchas familias actúa con poder destruyéndolas porque no se le hace oposición. En esos hogares hay dolores indecibles, infidelidades, opresión, vicios, violencia, divorcio, etc. Todo eso es fruto de la acción del maligno porque no se ha “organizado la resistencia” contra la acción diabólica. Este es el gran problema de la familia y de la sociedad: no se comprende la acción del enemigo, no se la conoce, no se toman los medios para vencerlo, no se cree que lo que está pasando sea fruto de los espíritus malignos. Tenemos ojos pero no vemos.
La Llama de Amor viene a abrirnos los ojos y a despertar en la Iglesia un movimiento universal de combate espiritual con la oración, penitencia y santidad familiar. El texto del 27 nov 63 (p 202), tomemos el escrito del 19 de oct del 62 (p 120). “Mi Llama de Amor, hijita mía, se hizo tan incandescente que no sólo su luz sino también su calor quiere derramar sobre ustedes con toda su fuerza. Mi Llama de Amor es tan grande que no puedo retenerla por más tiempo dentro de Mí; con fuerza explosiva salta hacia ustedes. Mi amor que se derrama hará explotar el odio satánico que contamina el mundo, a fin de que el mayor número de almas se libren de la condenación. Digo algo parecido a esto no ha existido todavía.
Este es el mayor milagro mío que ahora hago con ustedes”. María nos dice que la raíz del mal que nos rodea es el “odio de Satanás” contra Dios y contra sus criaturas. Ella ama a Dios y nos ama a nosotros con un amor que es superior al odio de Satanás. El amor que habita en el Corazón Inmaculado de María es el Espíritu Santo, no es simplemente el amor humano de María que siempre sería limitado. El Amor de Dios que la habita (la Llama de Amor) desborda el Corazón de la Virgen. Con fuerza explosiva salta hacia nosotros. El odio satánico ha contaminado el mundo y tiene por objetivo condenar al mayor número posible de almas. Dios quiere derramar a través del Corazón Inmaculado de María su Amor infinito con todas sus fuerzas en nuestros corazones. La Virgen experimenta en su Corazón la ardorosa urgencia de transmitirnos ese fuego de Amor que Dios ha puesto en Ella. El “efecto de Gracia de la Llama de Amor” es hacer explotar el odio satánico que está condenando los corazones de muchísimos seres humanos”. Esta es una “gracia nueva”, es decir que Dios la está dando hasta ahora en su plan de salvación de las almas.
En estos “últimos tiempos” el Corazón Inmaculado de María es la “última tabla de salvación” que Jesucristo da a los pecadores (Mensaje de Fatima). Es tan poderosa esta gracia que viene del Corazón Inmaculado de María que “algo parecido no ha existido todavía” y es el “mayor milagro obtenido por la intercesión de Nuestra Señora” cuando ofrece al Padre Eterno las llagas de su Hijo. Ante tal mensaje nuestra actitud solamente puede ser la de aceptarlo. “(¡Y me rogó suplicando que no le entendamos mal a Ella!) Mis palabras son cristalinas e inteligibles, sólo que ustedes no las trastornen, no las interpreten mal, porque sería grande su responsabilidad si lo hicieran. ¡Pónganse a trabajar, no sean ociosos! Yo les ayudaré de una manera casi milagrosa y mi ayuda va a ser continua. ¡Confíen en Mí! Actúen urgentemente! ¡No posterguen mi Causa para otro día! Satanás tampoco mira con los brazos cruzados, hace esfuerzos ingentes. Siente ya que se enciende mi Llama de Amor. Esto provocó su terrible furia. ¡Entren en la batalla, los vencedores seremos nosotros! Mi Llama de Amor cegará a Satanás en la misma medida en que ustedes la propaguen en el mundo entero.
Quiero que así como conocen Mi nombre en el mundo, conozcan también la Llama de Amor de mi Corazón que hace milagros en lo profundo de los corazones”…. Estas palabras de la Virgen las debemos aplicar en primer lugar a nuestra propia familia, convirtiéndola en un Santuario Familiar de la Llama de Amor; en segundo lugar debemos extenderlas a los vecinos, ayudándoles a comprender el mensaje de Nuestra Señora. No olvidemos que el Inmaculado Corazón de María nos promete que Ella nos ayudará de una manera “casi milagrosa” y que su ayuda va a ser “continua”. Debemos confiar en Ella y actuar urgentemente. Recordemos que la Virgen “hace milagros en lo profundo de los corazones”.