CARTA No.157: Yolanda, del cenáculo virtual de la Llama de Amor dice:
“Estoy leyendo los párrafos del 27 de noviembre de 1963 y me impresiona la urgencia de la Virgen. Ella quiere que su Llama se extienda rápidamente. Se queja de nuestra falta de interés en responder a su llamado. La veo como enojada. Dice que va a pedir cuentas a los que ponen obstáculos, a los sacerdotes, a los comodones que no se alistan en la lucha contra Satanás. Yo me digo: ¿ qué podemos hacer nosotras las madres de familia si no nos hacen caso ni siquiera en nuestro hogar? A veces me siento desanimada.
Respuesta: No solamente el 27 de noviembre de 1963 la Virgen manifiesta su urgencia y su dolor porque sus hijos no escuchan su llamada. En varias partes del Diario se queja de lo mismo. Jesús dice: ¡Cuánto duele a mi Sagrado Corazón ver tantas almas indiferentes” (DE 30- 7-1962),
“Me quejo mucho hijita mía porque son tan pocos los que me escuchan” (DE 2-7- 1962),
“Ves, todavía no han hecho casi nada. La Llama de Amor de mi Madre no se pone todavía en marcha” (DE 12-7-1962).
Ni Jesús ni María quieren forzar los corazones. Ellos nos llaman y nos dejan libres. Mucha gente oye el mensaje pero no creen en él ni responden positivamente. De esto no debemos extrañarnos porque toda la historia de la salvación denuncia la dureza de corazón del hombre. Israel, el pueblo de Dios, es llamado “pueblo de dura cerviz” por sus constantes infidelidades a la Alianza del Sinaí; igualmente pasa con muchos que han puesto un día la mano en el arado y han renunciado a seguir arando (Lc 9,62). Dios respeta nuestra libertad. ¿Qué dice la Virgen el 2 de diciembre de 1963? “¡No se queden pasivos frente a mi causa santa! A través de los pocos, los pequeños y los humildes debe comenzar esta efusión grande de gracias que conmoverá al mundo: Ninguno de los llamados debe excusarse ni rehusar mi invitación. Todos ustedes son mis pequeños instrumentos”. La Virgen solamente nos pide que pongamos todo nuestro empeño en dar a conocer la gracia de la Llama de Amor, en vivirla personalmente y en ayudar a los demás a vivirla. Si no encontrásemos obstáculos ni persecuciones al promover la gracia de la Virgen deberíamos extrañarnos y pensar que algo anda mal. Si tenemos dificultades, si somos humillados, si somos perseguidos cuando promovemos la Llama de Amor, pensemos: vamos bien.
La persecución de parte de Satanás es el sello de que estamos haciendo bien nuestro trabajo. La Virgen trabaja con los “pocos”, los pequeños, los pobres instrumentos, los débiles y despreciados por el mundo, el demonio y la carne. Eso hizo Jesús, eso hace su Madre. Debemos confiar en el poder de intercesión de María Santísima. Aunque nos parezca que Satanás está ganando la batalla porque no vemos los frutos que esperamos, no dudemos ni desfallezcamos. Solamente vemos el exterior. No conocemos lo que pasa en los corazones. Solamente Dios juzga con rectitud. La Virgen dice que Satanás quedará ciego en la medida en que demos a conocer la Llama de Amor. “Tienen que empeñarse en cegar a Satanás. Las fuerzas aunadas del mundo entero se necesitan para lograrlo”…”Satanás quedará ciego en la medida en que ustedes trabajan en contra de él” (DE 27-11-1962).
Hay que formar muchos cenáculos de la Llama de Amor para que el mayor número de personas se instruya sobre esta gracia. Es necesario formar grupos de niños para que desde pequeñitos conozcan a la Virgen María y sean protegidos contra los terribles ataques satánicos que se están lanzando contra la niñez y juventud. En el interior de los hogares se libra la batalla fundamental. No es de extrañar que, como dice Jesús, en el seno de las familias haya división. Unos a favor, otros en contra. Nuestro trabajo es ser humildes testigos del poder del Corazón Inmaculado de María que aplasta la cabeza del Demonio. Demos a conocer al mayor número posible de madres y padres de familia este formidable instrumento de sanación y liberación de los hogares. El resto dejémoselo a Dios.