CARTA No.188: Carmelita de Panamá dice:
En el Diario Espiritual no salen los fenómenos que se dan en los cenáculos cuando se reza el Rosario de la Llama de Amor. En mi cenáculo de oración compuesto por varias mujeres, unas madres de familia y otras solteras, se han dado varias reacciones. Un día una señora cayó al suelo en convulsiones, en otra ocasión a otra le dio ganas de vomitar y comenzó a eructar, a mí personalmente cuando estoy al lado de ciertas personas me da dolor de cabeza y comienzo a eructar. Otras personas como que se cargan de opresión en el pecho. ¿Podría explicarme esas reacciones?
Respuesta: Lo que relatas sucede en ocasiones cuando se ora el Rosario de la Llama de Amor. Hay que tener en cuenta que la Virgen María se hace presente allí donde se la invoca, especialmente cuando se reza el Rosario. La gracia de la Llama de Amor saca a luz la presencia de espíritus malignos en las personas o en los lugares. Casi siempre los demonios huyen sin manifestaciones. No nos damos cuenta. Esos fenómenos que tú relatas: gente que se marea, que le da dolor de cabeza, que siente ganas de vomitar, que eructa, que cae al suelo y tiene convulsiones, que experimenta en el pecho opresión, que se brota en alergia, etc. son acción del efecto de gracia. Hay personas llegan a los cenáculos afectadas por la presencia de espíritus malignos, o también cargadas de almas de difuntos. (La presencia de almas en las personas es algo que sorprende a quien no está informado a este respecto; parecería algo absurdo, pero es una realidad). Al oír la jaculatoria “derrama el efecto de gracia de tu Llama de Amor sobre toda la humanidad” estas entidades espirituales reaccionan de diversas maneras. Unas huyen sensiblemente otras manifiestan su presencia en las personas sin huir, quedan atados dentro de ellas.
En realidad en estos fenómenos podemos ver la intervención liberadora del Inmaculado Corazón de María. Ella quiere que nos demos cuenta de su presencia entre nosotros. Los espíritus inmundos quedan afectados por la acción de María. La Virgen quiere ayudarnos a tomar conciencia de esas presencias maléficas para que entremos en un camino de conversión, sanación y liberación. En la vida ordinaria experimentamos la presencia e intervención de los espíritus malignos pero pocas personas se dan cuenta de ello con claridad. No lo discernimos porque no estamos habituados a analizar las reacciones de nuestra alma y cuerpo ni las vemos en las personas que nos rodean. Atribuimos lo que nos sucede a otras causas. No pensamos que muchos fenómenos sean producidos por la acción de espíritus malignos. Siempre atribuimos esas manifestaciones a reacciones psicológicas o biológicas. Olvidamos que también está el campo espiritual formado por seres malignos inteligentes o almas sufrientes. Existen varios carismas que el Señor da para ayudarnos en el proceso de la lucha contra el mundo de las tinieblas. Tú dices que cuando estás al lado de ciertas personas experimentas dolor de cabeza, ganas de vomitar y comienzas a eructar o expulsar baba por tu boca.
Puede ser que esto que te pasa sea un carisma que te da el Señor para ayudar a otras personas a caminar en su proceso de evangelización y sanación espiritual. Es misterioso este hecho. Tú captas lo que otras personas llevan por dentro. Estamos interconectados espiritualmente. Es un llamado a orar por las personas que te rodean. A través de ti, como si fueras un instrumento, en eructos salen los entes espirituales que otros llevan. Es un carisma que en el interior de las familias se vuelve precioso cuando es bien comprendido y utilizado. Al mismo tiempo es un carisma doloroso porque quien lo tiene sufre. Somos un cuerpo y debemos ayudarnos unos a otros. Es un carisma que nos debe llevar a evangelizar a quienes están afectados por una manera de vivir que se opone al Evangelio o nos lleva a ayudar a quienes están sufriendo la presencia de entes espirituales maléficos o también almas sufrientes que nos transmiten sus propios dolores. Todo este terreno es oscuro y poco conocido. Desgraciadamente la mentalidad racionalista ha rechazado de plano este mundo que no se puede controlar con el método científico. Con la ayuda del Inmaculado Corazón de María en cada familia se debe ir estableciendo ese reino de Paz al que Ella nos llama. Estamos apenas comenzando a ver las maravillas que la Llama de Amor ha de operar en el interior de los hogares hasta que Satanás sea cegado por el poder de María Santísima.