CARTA No.36 (Sigo respondiendo a la pregunta anterior que hace José, de si la Llama de Amor es un exorcismo).

La Llama de Amor no tiene sólo los efectos de una oración de liberación, sino que va mucho más allá. Su finalidad principal es la santificación de las familias. A menudo las personas que buscan ser liberadas tienen una visión limitada de su problema. Están afectadas por la acción de los espíritus malignos y el único objetivo que tienen es adquirir la sanación espiritual y física que necesitan. A menudo lo que motiva a muchas personas a pedir oración de liberación es una mirada rastrera: tienen problemas económicos, están en la ruina, están enfermas, no tienen paz. Creen que alguien les ha “hecho
daño con brujería” y buscan desesperadamente el auxilio de la Iglesia para salir del paso. Algunas están tan pésimamente
motivadas que si no obtienen lo que anhelan en los auxilios de la Iglesia se van a buscarlo en casa de los brujos. El “encuentro” con la Llama de Amor (Jesucristo) a través del Inmaculado Corazón de María es un camino, un proceso que la
divina providencia nos ofrece para responder al marasmo moral en que se están hundiendo muchas familias “cristianas” y con mayor razón las que no conocen a Jesucristo.

La Llama de Amor es una “gracia extraordinaria”, un regalo de Dios para renovar a la Iglesia desde sus más profundas raíces. Si nos fijamos exclusivamente en el aspecto de “liberación, o de cegamiento” del Demonio, podemos descuidar la perspectiva general de esta gracia que es llevar a cada miembro del hogar y a la familia entera a la más elevada santidad. En el caso concreto de Isabel Kindelmann los ataques diabólicos que padece no son la consecuencia de pecados de magia, esoterismo o de cualquier otro tipo. El Demonio la ataca y atormenta con el doble propósito de parte de Dios: su propia santificación y para que nos sirva de ejemplo en nuestra lucha contra el mundo de las tinieblas que nos rodea y trata de destruirnos. El Demonio y los suyos son instrumentos que Dios emplea para labrar nuestra salvación y santificación. Desde las primeras páginas del Diario hasta las últimas se trata para Isabel del encuentro o descubrimiento de un Cristo vivo.

Lo que importa para Jesús y María es que Isabel se aleje del pecado en todas sus formas y que se vaya configurando con Cristo crucificado por las renuncias y sacrificios que le irán exigiendo. Lo que más importa no es verse libre de los ataques diabólicos sino la fidelidad a la voluntad de Dios en su vida de profeta de la Llama de Amor. En el Diario Jesús se va revelando a Isabel como el Cristo que para salvarnos de la perdición eterna se entrega a los sufrimientos atroces de la muerte en cruz. Jesús le hace ver que, ella y todos los que quieren ser sus discípulos, deben aceptar con amor y gran generosidad los sufrimientos de esta vida, en reparación de los pecados propios y de la humanidad. Cuando acogemos la gracia de la Llama de Amor iniciamos ese proceso en el interior del hogar: rechazar todo lo que ofende a Dios, abrirse a los medios de salvación y santificación (Palabra de Dios, Sacramentos) que el Señor nos da en la Iglesia, acoger los dolores y sacrificios de esta vida como parte del Don de la Cruz.

La gracia de la Llama de Amor ciega a Satanás porque nos lleva de la mano vivir en íntima unión con Jesucristo. Todo pecado debe ser reparado. La reparación se hace por medio de los sacrificios. La vida de Isabel está particularmente marcada por los sufrimiento ofrecidos en sacrificio. El mundo moderno ha llevado a multitud de bautizados a perder la Fe en la cruz. Han rechazado la cruz y por lo tanto sus vidas se han oscurecido y no tienen ya sentido. La gracia de la Llama de Amor nos devuelve la Fe viva en Jesucristo crucificado y nos da la fuerza para vencer a Satanás en el día a día. Hay personas o familias enteras que voluntariamente pactan con el mundo de las tinieblas por las prácticas diabólicas o por el empecinamiento en los pecados graves. Ingenuamente se han puesto en las manos de los espíritus infernales creyendo que iban a sacar de ellos algún beneficio. Son necesariamente portadoras de grandes dolores y sufrimientos que vienen de los espíritus malignos. Dios tiene siempre misericordia de ellas y les inspira la necesidad de iniciar un proceso de liberación. Casi siempre este proceso es largo y doloroso porque los demonios no ceden fácilmente el terreno que se le ha entregado. En este caso la gracia de la Llama de Amor ayuda enormemente a estas familias a ir recuperando la libertad.

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