CARTA No.8: ¿Cómo se reza el rosario de la Llama de Amor y qué diferencia existe con el rosario tradicional?

Queridos hermanos: Lorena y Felipe de Estados Unidos preguntan: ¿Cómo se reza el rosario de la Llama de Amor? ¿Qué
diferencia existe con el rosario tradicional?

Respuesta: La diferencia entre el “Rosario tradicional y el Rosario de la Llama de Amor” consiste únicamente en la introducción de la jaculatoria” en el Ave María. ¿Cuál es el origen de esta modificación? El 2 de Octubre de 1962 Isabel anota en su Diario: “ es petición de la Santísima Virgen: “A la oración con que me honran, el Ave María, incluyan esta petición y de la manea siguiente: Dios te salve María, llena de gracia…Ruega por nosotros pecadores “DERRAMA EL EFECTO DE GRACIA DE TU LLAMA DE AMOR SOBRE TODA LA HUMANIDAD. AHORA Y EN LA HORA DE NUESTRA MUERTE. AMÉN”. Cuando Isabel va a presentar al Obispo el deseo de la Virgen, éste le pregunta: ¿Por qué deberíamos rezar la antiquísima “Ave María” de un modo cambiado?.

Isabel le explica la razón conveniente. Años más tarde ante nuevas preguntas, el 2 de febrero de 1982, así contestó el Señor: “Exclusivamente por las súplicas eficaces de la Santísima Virgen concedió la Santísima Trinidad la efusión de la Llama de Amor. Por ella piden ustedes en la oración con que saludan a mi Madre Santísima: “DERRAMA EL EFECTO DE GRACIA DE TU LLAMA DE AMOR SOBRE TODA LA HUMANIDAD, AHORA Y EN LA HORA DE NUESTRA MUERTE.AMÉN para que bajo su efecto se convierta la humanidad”. La Virgen dice: “No quiero cambiar la oración con que me honran (el Ave María), sino que quiero sacudir con esta súplica a la humanidad. Esta no es una nueva fórmula de oración, debe ser una súplica constante”. De esto se deriva que la introducción de la jaculatoria en el Ave María no es una iniciativa de Isabel Kindelmann sino que viene de la Santísima Virgen y en último término de la misma Santísima Trinidad. El objetivo de María no es cambiar la oración sino “sacudir” con esta súplica a la humanidad. No es una nueva fórmula de oración, sino que debe ser una “súplica constante” de toda la Iglesia.

La estructura del Rosario ( la contemplación orante de los misterios gozosos, luminosos, dolorosos y gloriosos) queda la misma. El único cambio es la introducción de la Jaculatoria en el Ave María. Nuestra Señora persigue un objetivo: hacer que la humanidad entera sea “sacudida” (que se convierta la humanidad) por el efecto de gracia, es decir por el poder de la Redención de Jesucristo que se derrama sobre el mundo entero como respuesta de Dios a las súplicas de la Santísima Virgen y de la Iglesia. Nuestra Señora quiere que toda la Iglesia se renueve en el rezo del Rosario. Por nuestra súplica “constante” Dios derramará de una manera extraordinaria el efecto de la Muerte y Resurrección de Jesús sobre toda la humanidad. No debemos rechazar la iniciativa de María pensando que al introducir en la salutación angélica la jaculatoria estamos obedeciendo a un “capricho” de Isabel Kindelmann. Detrás de ese enriquecimiento del Ave María hay un propósito: renovar el Rosario y convertirlo en un Instrumento para obtener la Llama de Amor para las familias y ayudar a éstas a cegar al Demonio.

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