El camino que el Corazón Inmaculado de María nos propone en el Diario Espiritual
La «conciencia» cristiana tiene a Dios por centro. Es Teocéntrica. La conciencia pagana tiene al hombre por centro: es antropocéntrica. Aquí está la gran diferencia entre el discípulo de Cristo , el cristiano y el «pagano» o «no cristiano». Para tener un conciencia cristiana es necesario instruirse en la Palabra de Dios y en la Doctrina de la Iglesia. Cuando no tenemos las bases del pensamiento cristiano nuestra conducta moral es «errática». La ignorancia culpable no es de ninguna manera una defensa de nuestra alma frente al pecado. Cuando más tarde conocemos a Jesucristo y las exigencias de su seguimiento nos damos cuenta de que hemos cometido gravísimos pecados que traen sobre nuestra conciencia grandes remordimientos.
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